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Los médicos se negaron una y otra vez a dejarlo ir, que estaba fuera de su etica dar el  alta a una persona que sin los cuidados apropiados podría perder la vida. Pero que podían hacer ellos cuando esa misma persona quiere la muerte, porque sabe que al otro lado lo espera ese ser amado que tanta falta le hace.

Camus ya se encontraba al limite de su resistencia, la consciencia se le escapa a ratos y lo único por lo que pedía era que lo dejaran partir, solo que no "aquí" no en una habitacion de hospital, conectado a una infinidad de maquinas que en vez de ayudarlo solo prolongaban su sufrimiento, no donde su nueva familia podia acompañarlo por minutos, no donde enfermeras interrumpían su descanso cada cinco minutos, no donde sabia murió la única persona que llego a amar de verdad. Él quería irse en un lugar donde de verdad sintiera su presencia y no fuera solo un mal juego de su imaginación.

Écarlate insistió una y otra y otra vez que le dieran el alta voluntaria, que él mismo a pesar de ser aún un menor de edad se haría cargo de Camus y de la responsabilidad por si algo pasaba. En contra incluso de Kardia pero él le cumpliria costara lo que costara su ultimo deseo al que fue su maestro y ahora tío. Contaba con el entrenamiento necesario para sacarlo de ahí como fuera, aunque tuviera que ser a escondidas lo haría.

Finalmente el medico encargado accedió, cuando fue en persona a preguntarle al pelirrojo mayor si de verdad quería eso. En una ambulancia fue llevado de vuelta a su casa, lo único que le dejaron fue un tanque de oxigeno, Écarlate sabia que no era nada bonito sentir como el aire escapa de los pulmones pero no vuelve a entrar. Aunque se negó varias veces a ponérselo tuvo que aceptar para que dejara de joderle la existencia.

- Supongo que ahora estas feliz.- lo vio sonreir, débil pero lo hacia- Dioses, mi tío si que se metio bien hondo en tu corazón para que hicieras esto.

Apretaba con fuerza una de sus manos viendo como se le escapaba de a poco la vida, con esa sonrisa de satisfacción en el rostro, decia que a pesar de todo lo que estuviera sufriendo era lo que quería y como quería que pasara.

- No puedo negarte que llegue a amarlo como a nadie.

Abrió apenas los ojos para ver el rostro de su sobrino, se notaba triste y su voz también se lo decia, pero estaba ahí con él acompañándolo en sus ultimas horas de vida.

- Recuerdo que muchas veces llegaba a peliarse con mi mamá para cumplirme un capricho.

- Siempre fue así entonces.- rió apenas recordando cada cosa que hacia para darle sorpresas.- quitame esta cosa, ya no la necesito.

Quito con cuidado las mangueras que le permitían respirar, por él no lo hubiera hecho pero esas mismas mangueras transparentes alargaban su vida y sabia que no queria eso.

Kardia los había escuchado detras de la puerta, se negaba a entrar no quería ver a otra miembro de su familia caer lentamente en las garras de la muerte. Pero tampoco quería quedarse con todo lo que le tenia que decir atascado en la garganta. Armandose de valor entro en la habitación pidiendole a su hijo que los dejara solos. Se sento en una silla que ocupaba anteriormente Écarlate. Le acariciaba los cabellos despacio, viendo como comenzaba a costarle respirar.

- Camus, no sé si me escuchas espero que sí, y aunque no lo hagas hablare de todos modos. Gracias, enserio. Gracias por devolverle la sonrisa a mi hermano, desde que Écarlate desapareció no lo había visto sonreir tan feliz como cuando estaba contigo, le hiciste mucho bien y estoy completamente segura  de que él te estará esperando con los brazos abiertos, te llenara de besos y te reclamara por lo que hiciste, pero en el fondo estará muy feliz de tenerte con él otra vez. Me aseguraré que descansen en paz los dos juntos, que ni la muerte misma los separe. Los niños y yo te extrañaremos mucho, compartimos muy poco tiempo juntos, pero te aseguro que ninguno te olvidará.

Las lagrimas se le escapaban solas, no podía hacer nada para detenerlas, dos seres queridos se le iban en menos de dos semanas.

- Te voy a extrañar, fuiste como un hermano más para mi.

Beso su frente y salio de la habitación para dejarlo descansar.

Con la poca fuerza que aún le quedaba trataba de mantener sus ojos abiertos, viendo como sentado a su lado se manifestaba una vez más el hombre que amaba. Sonriendole como siempre lo hacia, acariciando y besando su mano transmitiendole todo el amor que aun sentia por él. Se levanto tendiendole una mano en su dirección.

- Ven conmigo Camus, no soy tan cruel para dejarte sufrir más.

Sin tener claro como fue capaz de hacerlo, tomo esa mano entre las suyas levantándose de la cama sin mirar atras, solo a su amado griego que cada vez se acercaba más a el hasta rodearlo con sus brazos con fuerza.

-No tenias que hacerlo.

- Pero así lo quise.

- Y yo así de testarudo te amo.

Junto su frente con la de su amado pelirrojo, cerrando los ojos y acercandolo lo más que podía a su fantasmal ser. Ahora los dos juntos, dos almas que se despedían de su familia, de la vida pero que se llevaban con ellos todo el amor que se dieron en vida que seguirian compartiendo entre ellos. Esperando en otra encarnacion retomar esa historia de amor que dejaron inconclusa, que ya no haya nadie capaz de impedirles el vivirla al máximo.

- Eres cruel lo sabias.

-  No más que tú por dejarme antes.

- Vine a buscarte, porque ahora no pienso dejarte jamas.

De a poco desaparecieron hasta que ya no quedo rastro de ellos.

Cuando Écarlate y Kardia volvieron a la habitación se dieron cuenta de que Camus ya no respiraba y había partido de esta mundo a una vida junto con Milo. La sonrisa en su rostro se lo confirmaba.

💫

Hola!

Creo que he vuelto a la costumbre de matar al pobre de Camus, pero esta vez se fue con su amado bicho que feliz lo recibió.

Próximo capitulo comenzamos a centrarnos más en Écarlate y Mystoria.

ScorpioNoMilo.💕

Después del adiós. Where stories live. Discover now