10.

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Paso junto a Mystoria todo el tiempo que pudo antes de que el horario de visitas acabara. No queria dejarlo solo, sentia que en cualquier momento y por un misero descuido algo malo podia pasarle, no se perdonaría que nada malo le volviera a pasar. Al llegar la hora de irse se despidió de él con un beso en los labios y en su frente, asegurandole que al otro día lo tendría desde temprano molestandolo.

Cuando salio de la habitación la rabia volvió a tomar lugar en su cuerpo, de solo recordar a Zaphiri ya le daban unas ganas asesinas de aplicarle una de las peores torturas que conocía. Su cambio de actitud Kardia lo noto, y supo de inmediato que algo más estaba pasando. Puso una de sus manos en su hombre derecho para llamar su  atención.

- ¿Que tienes?- la miro de reojo, preguntándose si debía pedirle una explicación.

Fueron los segundos más largos de su vida, necesitaba repuestas y ella era la única que  podía darleselas, pero también temía meterla en sus problemas, Kardia es una mujer fuerte que no se deja pasar a llevar por cualquiera, una mujer de armas tomar, recordaba perfectamente que esa vez que entro a robar a su casa por una orden de Athena, a su querida madre no le tembló la mano para apuntarle directamente a la cabeza con una pistola, así que estaba seguro si algo malo pasaba y ella estaba cerca el enemigo recibiría sus buenos golpes. Pero sus enemigos no eran personas normales, eran Sicarios bien entrenados y no estaba seguro si es que podria con ellos, aunque conociéndola si les daría una buena pelea antes de rendirse.

- Écarlate, ya dime de una vez ¿Que te esta pasando?

- Mamá, ¿Te suena el nombre Zaphiri Antzas?

- ¿Zaphiri?... Sí, es un primo que no veo hace años, pero ¿que tiene que ver el amante de enanitos* en esto?

- Él le disparo a Mystoria.

- Espera ¿Qué?- esperaba un montón de cosas menos esa - ¿Como sabes eso?, ¿¡Como estas tan seguro!?

Le contó con lujo de detalles todo lo que sabia la alianza que hizo con Hades y como lo hizo, sorprendiéndose que no lo mirara con horror cuando le dijo que él mato a Dégel. La vio apretar los puños con fuerza, maldecir tanto en griego como italiano, se le habían pegado las palabras raras de Manigoldo.

- ¡Con un demonio, se supone que con Milo se acababa todo!

- ¿Que quieres decir?

- Lo que te voy a contar no se puede hablar en una clinica, vamos a casa ahí si quieres puedes romper cosas despues.

El viaje devuelta a su casa le pareció eterno, y era aun peor ya que ninguno de los dos hablaba, él solo miraba por la ventana imaginando que seria esa tan delicado que no podían hablar antes. Una vez en su casa Kardia lo sento en un sillón y ella frente suyo en otro.

- Iré directo al grano: nuestra familia desciende de Sicarios, seria algo parecido a una mafia en Italia.

- ¿Como...?

-No me interrumpas Écarlate, y presta atención que esto va para largo. El primer Antares fue mi tatara abuelo, pertenecía a la organizacion de Athena, por si te lo preguntas sí se heredan el nombre, algo parecido pasa con nosotros: el nombre Antares se pasa al hijo o hija mayor para que siga con el legado, si alguien más quiere ser parte de él se le otorga el nombre de otra de las estrellas más brillantes de la  constelación de Éscorpion, serian Antares, Shaula y Sargas, no pasan de esas tres.

Hizo una pausa para dejarlo procesar tanta informacion junta. ¡Tenia razón! Toda su familia estaba metida en esa mierda de los Sicarios, hasta su propia madre ¿Que podia esperar? Una vida tranquila nunca tendría esa era obvio.

- Cuando fue mi turno de ser llamada Antares me negé, tu abuelo me dio el regaño de mi vida, me dijo un monto de estupideces que no me acuerdo ni de la mitad, lo único que me quedo claro fue que me gritaba una y otra vez que había roto una tradición de más de un siglo. No me importo ni un comino.

La vio sonreir feliz como si se sentierá orgullosa de haber hecho rabiar a su padre, su expresión cambio muy rapido a una de tristeza.

- Pero paso algo que no pensé, Milo se ofreció para ser Antares no quería que nuestro padre se desquitara conmigo, aunque él mismo sabia que si hubiera querido le habría volado todos los dientes de un solo puñetazo. Se cambio de bando, se unió a las fuerzas de Hades porque sabia que la desgraciada de Athena era eso una desgraciada, que le gustaba ver sufrir a sus Sicarios con la muerte de sus familias. Hades al contrario, como ya te diste cuenta, las protege. Por él pude llevar una vida tranquila, tener pareja, tenerte a ti.- acaricio su mejilla con cariño, un cariño melancólico como si le doliera sentirlo- por el sacrificio de mi hermano menor, por lo mismo Milo nunca tuvo hijos, para no pasar el nombre de Antares a nadie más, que ese nombre muriera con él. Con él se acababa todo. Pero al parecer no fue así, Athena se volvió a meter en nuestras vidas y tú terminaste siendo algo pareció a un Sicario.

- Conmigo se termina, para siempre.

Se levanto del sillón fue en busca de lo que necesitaría, saco armas de todo tipo y tamaño ante la mirada aterrada de Kardia, Milo hizo exactamente lo mismo cuando lo perdió. Trato de detenerlo, aunqur sabia que seria imposible.

- Espera, ¿Que crees que haces?- lo tomo fuerte de un brazo.- ¿¡Acaso quieres seguir a tus tíos!?

Le sonrió con cariño, abrazandola esta vez él a ella, para tratar se calmarla, darle seguridad de que volveria sano y a salvo.

- Solo protejo lo que más quiero. Te prometo que volvere pronto y entero. Terminaré con todo esto de raíz.

El primero en pagar seria Zaphiri.

💫

¡Verdades ocultas! 😃

(*)Amante de los enanitos: obvia referencia a Krest. 😄

ScorpioNoMilo.💕

Después del adiós. Where stories live. Discover now