Después del adiós.

3.

Habia pasado un poco más de un año, en el cual Kardia hizo hasta lo imposible para poder adoptar a Mystoria, cuando al fin se gano su custodia solo le faltaban unas pocas semanas para los 18 años, en cambio el pelirrojo contaba ya con los 19.

En ese tiempo se habia dado cuenta de que comenzo a ver con otros ojos a su ahora hermano menor, y no sabia que sentir en verdad; Mystoria había sido su mejor amigo desde niños, nunca se separo de él y cuando su querido amigo volvería a su tierra natal, lo dolió demasiado no volver a verlo, en ese entonces era un niño de tan solo siete años pero en su pequeño corazón ese niño de cabellos azules ya estaba entrando, y ahora se daba cuenta de lo que en verdad sentia por él.

Cuando fue secuestrado y se encontraron en esa organización de Sicarios, ese sentimiento que sentía cambio a uno de protección, ni loco dejaba que el trastornado de Aspros se le acercara, prefería mil veces recibir tremendas golpizas y castigos a que le pusiera un dedo encima. Agradecía infinitamente a Camus que haya accedido a entrenar a su amigo también, para que pudiera protegerse en caso de cualquier cosa.

Ahora se daba cuenta de que ese pelirrojo de cierta forma fue la unica figura paterna que tuvo por mucho tiempo, aparte de Milo. Con todo el revoltijo de emociones que tenia necesitaba de esos dos en ese momento, no se sentía capaz de decírselo a su madre aunque estaba seguro que ella lo apoyaria, de todos modos necesitaba a alguien que le diera consejos  y sabia que ella no era de esas personas.

Llevaba más de una hora en el camposanto sentado al lado de la tumba de sus tios, contandoles sus inseguridades con Mystoria, sintiendo ese frio en la espalda que le decía que estaban con él. Pero no era suficiente, necesita sus palabras de apoyo o aunque sea un regaño por ser tan cobarde y no decirle nada al menor.

- ¡Ya no sé que demonios hacer!- se tiro de espalda al suelo mirando el cielo y pensando un millón de cosas- díganme que hacer, denme una señal, vayan a tirarme lo pies en la noche si quieren pero ayúdenme. Sé que les pido mucho pero esto me supera.

Se quedo ahí esperando alguna clase de señal divina pero nada llego.  Que esperaba, conociendo a esos dos era obvio lo que pasaba; como siempre Camus dandole desafíos difíciles y Milo, su tío era un desastre pero tampoco le ponía las cosas facíles.

- Okey ya entendí, no voy a lograr nada si me quedo esperando a que la respuesta me caiga del cielo, tengo que hacerlo antes que se tarde.

Volvió a su casa con esa idea en mente, tenia que decírselo costara lo que costara. En su casa  había un silencio enorme, Kardia seguramente seguia trabajando y Mystoria en el mejor de los casos durmiendo o leyendo cualquier cosa. Armandose de todo el valor que tenia fue a la habitación que ocupaba su amado hermano menor, pero cuando estaba llegando escucho la voz de otra persona, la conocía era la voz de su vecino Shijima, quien se había hecho muy amigo de que Mystoria, demasiado para su gusto.

Celos fraternales, se dijo pero bien sabia que no eran esa clase de celos. Decidio irse de ahí y esperar a que estuviera solo, si era rechazado preferiría que no se enterara nadie.

- Dile.

- Que no, y no insistas.- un ligero color rojo adornaba su rostro, no le gustaba hablar de ese tema y su amigo era demasiado insistente, ademas estaba convencido que solo era como un hermano para Écarlate.

- Escúchame, Mystoria. Si no se lo dices pronto alguien más va a venir y te lo va a quitar, créeme conozco a ese alguien.

- ¿Tú?

- ¿¡Que!? ¡No, jamas! Admito que Écarlate no esta nada mal, pero no es mi tipo, gracias. Te lo dejo a ti.

- Entonces ¿Quién?

- Alguien que su nombre comienza con 'Ges' y termina en 'talt'.

Ni loco dejaba que ese obsesionado con los caballos le quitara a su bicho rojo, antes muerto. Tomo una decisión, apenas pudiera le diría lo que sentía, fuera rechazado o aceptado.

La noche llego más rapido de lo que se imagino, Shijima se fue a su casa demasiado tarde perdio su oportunidad ese día por culpa de ese cabeza de manzana. Eran cerca de las tres de la mañana y seguía sin poder dormir, dando vueltas de un lado para otro, creyendo que ese pelirrojo de cuarta podía querer algo con su hermanito, eso si que no podría soportarlo.

Su reloj dio las tres, y sin darse cuenta cayó dormido. Cuando abrió los ojos se encontraba en un lugar que jamas había visto en su vida. Parecia el patio de una pequeña cabaña en algún lugar del mundo. Alguien toco su hombro cuando se giro no pudo evitar llorar, se abrazo al cuerpo de Milo como si en algún momento este fuera a desaparecer, y un poco más atrás Camus los veia a los dos, estiro una mano para tomar la de su sobrino pero no contaba que este tirara de ella para abrazarlo también.

- No saben cuanto los he extrañado a los dos.

- Lo sabemos, como también que cierto hielito te tiene loco. Picaron.

- ¡Milo!

- ¿Que? No regañes mi bello diamante rojo, sabes que es verdad. Ademas yo queria ir a tirarle los pies y no me dejaste, malo.

- Sigo sin saber como me enamore de ti.

- Soy especial, que quieres que te diga.

Écarlate veía su pequeña pelea, deseando que alguna vez en su vida tener esas pequeñas discuciones cariñosas con Mystoria. Cuando sus tíos terminaron de "pelear" le dieron los consejos que tanto necesitaba, y no solo eso la mayor felicidad de volver a verlos aunque haya sido solo un sueño.

A la mañana siguiente desperto con una idea clara en la cabeza, y debía ser hoy mismo sino ya veía venir el tirón de pies que le daría Milo, su tío cumplía aun estando muerto.

En un ultimo momento los nervios lo atacaron, detuvo su mano apunto de tomar el picaporte de la puerta, y cuando estaba apunto de tomarlo de nuevo la puerta de abrió dejando ver a Mystoria, en menos de lo que pensó su adorado hermano le robaba un beso.

💫

Hola!

El niños es un manojo de nervios xD
Menos mal que tiene a unos tíos que aún siendo fantasmitas lo ayudan.

Mystoria no se agunto ver a Écarlate con las fachas que duerme cofsoloenboxercof ¡Ay! Esta tos xD.

ScorpioNoMilo. 💕