Cualquiera que sea el caso.

2.8K 433 99
                                    

Taehyung se pasó la lengua por los labios y dio un paso adelante, conectando sus bocas de nuevo, con un sonido que parecía un gruñido. Su mano delgada se enroscó alrededor del cuello de Hoseok, sus uñas se encajaban levemente en su piel, mientras trataba de acercase los más posible. 

Su mano se movió de su cuello, a la parte posterior de la cabeza, sus dedos excavaban entre el cabello del pelinegro. Su agarre era como un vicio.

Las habilidades del castaño para besar no son malas, pensó cuando progresivamente le devolvió el beso. Los labios de Taehyung temblaron contra los suyos, como si estuviera sonriendo. Se sentía bien, había pasado mucho tiempo desde la última vez que había besado a alguien; pero eso estaba mal. No importa lo bueno, estaba mal, y si alguien los descubriera, tendría consecuencias muy graves.

Casi perdió el equilibrio, cuando el contrario empezó a caminar hacia delante. Se apoyó en la formación de los bíceps de Taehyung. El chico logró que los dos caminaran fuera de la puerta del baño, él trató de apartarlo, pero el agarre del castaño era como el de una sanguijuela. 

La parte trasera de sus rodillas chocaron contra el borde de la cama, se puso rígido. De ninguna manera, pensó, y apretó las piernas para que las rodillas no se le doblaran.

- Taehyung - murmuró contra los labios del otro, y una vez más se sorprendió de la fuerza del cuerpo pequeño, ya que era muy difícil apartarlo. Su corazón latía en su pecho; podía sentir que el prisionero trataba de tirarlo hacia abajo, hacia la cama. Eso no podía pasar, al final se las arregló para girar su cabeza, rompiendo el beso como pudo. 

Dio un salto de distancia, Taehyung lo soltó.

Abrió lentamente sus ojos mientras pasaba la lengua por sus labios hinchados.

- No te puedes enojar conmigo - dijo. Su voz era baja y ronca,  casi quiso besarle de nuevo. - Tú iniciaste.

No respondió. Su corazón aún latía tan fuerte, que parecía que acababa de correr un maratón. No podía hacer nada con el chico. No era seguro y él podría, si fuera descubierto, ser despedido o enviado a la cárcel. 

Quería huir, pero era exactamente como Taehyung había dicho, durante el pánico se paralizaba. Había casi logrado empujarlo hacia la cama y él no pudo evitar preguntarse, si hubiera sido capaz de detenerlo.

- ¿Tú sabías?- preguntó en voz baja, mirando al suelo, porque él no podía mirarlo por mucho tiempo cuando el prisionero lo miraba de esa forma.

- ¿Saber qué?- preguntó el castaño, a pesar de que parecía que sabía exactamente de lo que le estaba hablando.

- ¿Sabías que lo haría? ¿Por eso me dijiste eso?¿Me dijiste esos pedazos de información personal, para hacerme pensar que estabas dispuesto a cambiar? ¿Para que me dieran ganas de besarte aún más?

Taehyung lo miró por pocos momentos, antes de desviar la mirada de la de él. 

- ¿Cómo iba yo a saber eso?

Lo siguió con la mirada mientras caminada al otro lado de la habitación y se detuvo dándole la espalda. Se cruzó de brazos, sintiéndose incomodo.

- Tú dime.

- ¿Tienes novia, Hoseok?- preguntó el preso y se dio la vuelta.

- No - respondió y se trasladó hacia la mesa, cuando Taehyung se acercó a la cama. Eso le recordaba a las peleas de gatos; había visto varias que pasaban en su jardín. Nunca cruzaban la mirada con el otro, sólo dando vuelta en círculos, esperando a ser el primero en atacar.

815 se sentó en la cama, cruzó las piernas y se apoyó en sus manos.

- ¿Por qué? Eres un hombre guapo - le guiño un ojo, Hoseok gimió, apartando la mirada. Taehyung tenía que dejar de hacer eso. Tenía que dejar de tratar de llegar a él, porque estaba funcionando.

815  «HopeV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora