Medicamentos.

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- ¿No acabas de terminar tu turno?

Hoseok miró su reloj de pulsera y sí, su turno había terminado hace más de veinte minutos.

- Sí, terminó - dijo, sorprendido que el tiempo hubiera pasado tan rápido sin siquiera estar hablando. No habían estado haciendo nada en realidad, durante la última media hora.

Él sólo había estado sentado allí, haciéndole compañía a Taehyung, y el castaño no se había quejado al respecto.

- Te deberías ir.

- Sí, tengo qué - contestó mirando al chico. No había logrado traer de vuelta al mismo Taehyung de siempre, incluso si lo hubiera intentado. No se quería ir hasta estar seguro que se encontraba bien. - Sin embargo, no quiero.

- Debes.

Contuvo el aliento mientras alcanzaba la fuerte mandíbula del preso y la recorrió con la parte posterior de sus nudillos. 

Taehyung se puso rígido.

- Cuida de ti mismo.

Retiró su mano y se levantó. Podía sentir como sus ojos le quemaban la espalda.

- Hoseok, espera - pidió en voz baja mientras se levanta frente a él - yo...- tragó saliva,mirándolo nervioso. O tal vez estaba fingiendo.

No podía empezar ahora a confiar en él, sólo porque sentía pena por él. Eso lo hacía un blanco fácil.

- Hoseok, bésame.

El oficial abrió los ojos.

- Taehyung...

- Por favor. Bésame.

La forma en que lo dijo lo hizo inclinar la cabeza casi contra su voluntad. Una vez más estaría bien ¿cierto? Podía besar a Taehyung una vez más si lo hacía sentir mejor. 

Fue en ese momento, que se dio cuenta que podía hacer algo para que se sintiera mejor.¿Cuándo había llegado a esto? ¿Cuándo lo empezó a cuidar tanto?

La respuesta era fácil: desde siempre. Hoseok se preocupaba por la gente, estaba en su naturaleza, y 815 no era la excepción. Tal vez debería haberse convertido en un médico, en lugar de un policía.

Así no se encariñaría tanto con los presos. El pelinegro se estaba encariñando con Taehyung.

- Bésame - dijo el castaño lamiéndose los labios y acercándose un poco más.

Entonces lo besó. Enfocó su cabeza hacia un lado y la inclinó, encontrándose con el chico, llevándolo al centro de la habitación. 

El preso hizo un pequeño ruido y se aferró a él, deslizando sus manos hacia arriba y hacia abajo por sus costados, mientras chupaba el aro en su labio.

La lengua del castaño lamía los labios del oficial, tan exigente, que demandaba la entrada, y cuando sus lenguas se encontraron, el pelinegro no pudo contener un gemido. El beso rápidamente cambió de lento a apresurado, parecía que Taehyung le quería succionar toda la energía, alimentándose casi de él, lo que lo hizo más fuerte y más seguro.

Hoseok podía sentir como quería presionarlo contra la puerta, pero él no quería eso.

Ambos lucharon por el dominio, tratando sutilmente que el otro retrocediera, hasta que uno golpeara la pared, ambos tratando de dominar el beso, que lentamente se fue convirtiendo en un beso muy húmedo.

Si no hubieran sido meses y meses desde la última vez que tuvo novia, no se sentiría así, pero tristemente, era sólo un hombre, un humano, y Taehyung sabía exactamente cómo hacerle perder el juicio. Sabía qué hacer con la lengua, su experta lengua, sabía donde poner sus manos, y sabía cómo acomodar su cabeza para que sus narices no chocaran o sus dientes no se rasparan entre ellos. 

815  «HopeV»Where stories live. Discover now