Denver

8

Sábado 18:31, 33 horas de atraco

Los médicos ya estaban dentro, hacia unos minutos que estaban ayudando a Arturo, nadie dejaba de apuntarles

-la bala está alojada en la clavícula, no afecta a órganos vitales y tampoco se perciben... -decia el médico-

-al lío -dijo Denver tocando al doctor con su arma-

Denver no tenía tiempo para diagnósticos, Mónica se estaba desangrando y si no robaba pronto los bisturís, haberle perdonado la vida no habría servido de nada
Podía verlo intentar hacerlo cada momento, pero cuando lo intentaba el médico se giraba a verlo
Aquella operación estaba programada, y tenía que durar exactamente los 25 minutos que había ordenado la inspectora, esa cuenta atrás dejaría a dos policías con caretas de Dalí en el interior de la fábrica, o si salía mal, dos cadáveres en los conductos de ventilación
En medio de esa tensa operación Denver consiguió su bisturí, lo guardo en su bolsillo y la nota que Mónica había escrito para Arturo cayó al vacío, bueno casi, porque Nairobi siempre tan atenta a los detalles lo vio, y yo no puede hacer nada
Luego de 30 minutos pudieron sacar la bala

-ahora cose tu -dijo Berlín al policía-

-quien? Yo?

-si, eres enfermero no? -pregunto-

-si, si -dijo-

-pues eso -dijo Berlín-

El intento suturar pero comenzó a sudar demasiado

-yo, yo me siento un poco mareado, creo que voy a vomitar.. -dijo el policía-

-eres enfermero, bailarina o que coño te pasa? -pregunto Berlín-

-soy enfermero, pero no estoy acostumbrado a trabajar rodeado de armas -dijo-

-bueno, vale ya, coso yo -dijo uno de los medicos- pero quiero a todo el mundo en silencio, por favor

-venga -dijo Berlín-

El teléfono sonó y pude ver cómo Nairobi tomaba el papel que se le había caído a Denver

-el profesor quiere hablar contigo -dijo Helsinki llegando-

-bien, acompaña al enfermero a vomitar, y si no lo hace le metes la cabeza en el retrete hasta que lo haga -dijo Berlín- adiós Arturo

Miré a un costado y Nairobi estaba leyendo la nota de Mónica
Luego llego Berlín y nos susurro "plan b" todos sigilosamente fuimos y nos cambiamos las caretas
El subinspector Angel en una milésima de segundo notó que habían perdido otra batalla, esas caretas siniestras significaban que iban a echar a dos hombres a los leones, también, el tipo que había ideado aquel atraco tenía más inteligencia y más imaginación que la policía, el CNI y la unidad de intervención y cuando se te adelantan así, toca correr

-tenemos que marcharnos ya -dijo el policía- señorita por favor, hemos terminado ya, podemos irnos?

-si -dijo Nairobi- tranquilamente, me van siguiendo

-doctor! Doctor! Un momento -dijo Berlín- que tal ha ido la intervención?

-bien, pero, tendríamos que volver en 24 horas -dijo el doctor-

-agradezco el interés pero para el postoperatorio tenemos gente suficientemente preparada -dijo- y mi amigo el enfermero, ya se encuentra mejor?

-si -dijo-

-adios -dijo Berlín- les dejo en buenas manos

Nairobi salió de la sala y yo la seguí, esto nos traería problemas
Llego a la cámara 2 y abrió la puerta