Capítulo 39

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Todo estaba listo para la partida. Damon hubiese dado lo que fuese por ir junto a ellos. Apenas podía tolerar la idea del tiempo que Graham y Liam compartirían solos, enzarzados en una situación que no haría más que estrechar su vínculo. Sabía que era un pensamiento mezquino habiendo una vida de por medio pero no podía evitarlo. En una noche, movió cielo y tierra para eludir compromisos laborales, reprogramar agenda y gestionar reemplazos. Todo fue inútil. En el mejor de los escenarios, el proceso completo demandaría como mínimo un par de semanas. Y el traslado de Hayley a Londres no parecía una decisión prudente, considerando que el equipo médico a cargo de su salud se encontraba en Colchester.

A su pesar, debió resignarse a la idea de verlos marcharse. No contaba con que una tercera persona se sumaría a la partida: Noel. No había sido invitado pero eso no fue inconveniente para que la mañana siguiente apareciera listo y con las maletas hechas. No dejaría sólo a Liam.

-Tú cuidas a tu hermana, yo cuido al mío- dijo viendo de lleno a Graham y casi en tono de advertencia. Su semblante adusto parecía dejar en claro que saldría de allí junto a su hermano...o no saldrían.

-¡Genial!- respondió Liam- Seremos dos parejas de hermanos- apuntó intentando descomprimir el clima tenso que Noel imponía sólo con su mirada.

Había tenido suficiente con la discusión de la noche, apenas Noel recibió la noticia de aquel acto de arrojo en que se había embarcado.

-¿¡Que no le cuente a mamá!? ¿¡Te has vuelto loco!? ¿Sabes a lo que te expones, Liam?

-Claro que lo sé. O te olvidas que estuve a punto de hacer lo mismo por ti.

-¿Te has preguntado si lo merece?- interrogó con su habitual frialdad.

-¿Hay alguien que no merezca vivir? Y aún así, ¿seré yo el que lo determine?

-Deja de hacerte el idiota, no hablo de la chica. No lo haces por ella, lo haces por él.

-¿Y qué si es así?

-Liam...- dijo soltando un suspiro e intentando apelar a las maneras paternales que reservaba para ocasiones especiales.

Avanzó hacia su hermano y posó las manos sobre sus hombros pero el joven lo evadió.

-Necesitas oírlo ¿verdad, Noel? No te quedarás tranquilo hasta que lo diga. Pues sí, lo quiero. ¿Conforme?

-Sé que lo quieres. Y ni siquiera recuerdo habértelo preguntado. Lo que pregunté es si en verdad merece este sacrificio de tu parte.

-¿Por qué no lo merecería? Dímelo tú, Noel.

El mayor bajo la vista. Era un hombre decidido pero no cuando se trataba de herir a su hermano, amparado sólo en una sospecha.

-Vamos- desafió Liam- si tienes algo que decir, dilo ya.

Noel volvió a desviar su mirada. Comenzó a jugar con los anillos que adornaban unos dedos pequeños y gruesos, idénticos a los de su hermano.

-Estoy esperando- apremió el más joven.

-Lo único que tengo para decir- soltó tras una larga pausa- es que quizá te estés apresurando. En los meses que llevan juntos...

-En el año, querrás decir.

-Como sea- respondió Noel, impaciente- lo que intento decir es que tal vez Graham no sea todo lo especial que ahora mismo piensas que es...en ocasiones he llegado a pensar que...

Iba a seguir hablando, quizá ensayando circunloquios hasta tomar el valor necesario para confesar sus sospechas. Pero su hermano se lo impidió.

Con los ojos vidriosos, Liam avanzó hacia él. Lo hizo con tal presteza que por un momento, Noel pensó que lo golpearía. Pero nada estaba más lejos de sus intenciones. Sólo deseaba hacerlo callar, obligarlo a guardar para sí lo que supiera o creyera saber. A fin de cuentas, ¿de qué pudo enterarse su recién llegado hermano? ¿Qué cosa que él mismo ignorase podía estar ocurriendo? Y aún así fuera...aún si hubiese algo que decir...¿deseaba saberlo?

Caminó hacia Noel con paso enérgico. Su hermano retrocedió esperando el embate. Pero sólo dio con la mirada de Liam, húmeda, triste, implorante. Vio su mano acercándose, de seguro lista para asestar un golpe pero sólo se posó sobre su boca, impidiéndole hablar.

-Te he dicho que lo amo, ¿es tan difícil de comprender?- dijo en voz baja, con su rostro pegado al de su hermano- No me quites esto, Noel...yo no soy como tú. Necesito esto...quiero esto...él...él no es cualquiera...

El mayor comprendió que no deseaba saber, ni dudar, ni pensar en otro mundo que no fuera el que tenía junto a Graham. El problema no era su ceguera, el problema era que no deseaba ver. Noel desistió de su intento y apenas se encontró libre se limitó a preguntar.

-¿Y él? ¿Te ama?

Se hizo un silencio y casi con vergüenza, Liam respondió.

-Es la única persona que me ha amado.


Llegaron a Colchester. Los médicos se mostraron exultantes ante la posibilidad de contar con un donante vivo y aunque todas las exploraciones de compatibilidad estaban pendientes, la presencia de un hombre joven, sano y dispuesto lucía de lo más prometedora.

La condición de Hayley empeoraba y otros dos pacientes, todavía más graves, habían tomado su lugar en la lista de espera. Los profesionales apuraron la batería de exámenes de Liam y el décimo día llegaron a la conclusión más deseada: él y Hayley eran compatibles.

Veinticuatro horas después de la noticia, ambos estaban en el quirófano. Afuera, Graham y Noel esperaron sin decir palabra durante las tres horas más largas de sus vidas.

-Tu hermano es muy generoso- apuntó Graham intentando romper el hielo.

Noel lo miró de arriba abajo despectivamente. Sonrió de ese modo que a Graham se le antojaba cruel pero que sólo ocultaba decepción.

-Así que ahora lo llaman generosidad...- respondió con sorna.

-¿Qué te sucede?- preguntó fastidiado, incapaz de comprender por qué rechazaba cualquier forma de acercamiento amable entre los dos.

-¿Qué te sucede a ti, Graham?- respondió de pie frente a él- Eso es lo que me pregunto. Porque si sintieras lo mismo que él te darías cuenta que no se trata de generosidad sino de amor. Generosidad es el desayuno que compré esta mañana para el vagabundo que duerme a las puertas del hospital. ¿Comprendes la diferencia?

Se diría que estaban a punto de pelear cuando el cirujano se aproximó a ellos.

-Señores, la operación fue un éxito.


Por precaución, Hayley fue llevada a cuidados intensivos. Liam fue trasladado a una habitación común. Manteniendo una tensa calma, Noel y Graham se apostaron a su lado.

Un rato después abrió los ojos. Su hermano acercó su rostro al de él pero su mirada parecía buscar en el vacío. Era obvio que deseaba ver a Graham. Sin decir palabra, Noel se movió para hacerle sitio.

-Liam...Liam- susurró inclinado a la cabecera de la cama- aquí estoy. Todo ha salido bien.

El joven intentó sonreír.

-Me duele- dijo acercando la mano a la reciente herida.

Sin demorarse, Noel presionó las alarmas de enfermería para reportar la necesidad de calmantes.

Sentado a su vera, Graham le acariciaba el cabello al tiempo que susurraba palabras que Noel no alcanzaba a distinguir. Todavía aturdido por la anestesia, Liam trataba de verlo pero sus largas pestañas se enredaban, impidiéndole abrir los ojos. Graham besó sus párpados por turno, suavemente, instándolo a descansar. Noel lo miraba de soslayo. Por un instante creyó notar ternura en su voz y amor en sus caricias. Se acercó despacio para oírlo susurrar con la esperanza de escuchar las únicas palabras que podían ser dichas en ese momento. Pero sólo oyó una voz quebrada musitando.

-Gracias, Liam.

El AmanteTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang