13.

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El infierno que se aproxima.

—¿cómo pudiste ocultar algo tan grande, Poppy? —reclama Callum mientras maneja.

—Es inaudito —le sigue Reese

—Y sumamente increíble —Cecile me mira de pies a cabeza mientras retoca su cutis con polvo compacto.

Ruedo los ojos.

—Yo diría que es un milagro del Señor de arriba, ¡realmente existe! —grita Charlotte— mira que ese chikistrikis se haya fijado en nuestra hermana, debería ser un milagro...

—O brujería —secunda Charles.

Abro mi boca ofendida y volteo a mirar a los diablillos.

—Ustedes callénse la boca, no tienen derecho a opinar y mucho menos a decir aquellas barbaridades...

—Barbaridades —dice Richard—, eso es lo que esta haciendo el pobre chico Miller al meterse con Poppy.

Dejo de mirar a los Mellizos y volteo a mirar al gemelo vagabundo, con rabia.

—Tú guarda silencio apestosín —le ordenó. Pero él se encoge de hombros y me burla.

—Ciertamente es una barbaridad, ese chico Miller no sabe en la clase de familia que se está metiendo al querer cortejar a nuestra hermana. Lo peor no es Poppy, lo peor son ustedes arañas venenosas —dice Perseo desde atrás de la suburban sin mirarnos. Su vista está clavada en un libro de Álgebra.

Y con aquello que dijo mi mellizo, absolutamente todos cerraron su hermoso pico. Suspiro aliviada y le agradezco a mi mellizo telepaticamente, aunque bueno, es una cosa tonta y absurda porque Per's es demasido inteligente, pero no telepático.

Pero el infierno no acaba, al menos no cuando se vive con los diez demonios que son tus hermanos y en la casa que podría ser muy bien el infierno.

Cuándo bajamos de la suburban, Charlotte es la primera en correr hacia adentro mientras grita:

—¡Poppy tiene novio! ¡Poppy tiene novio!

Y Charles como siempre le secunda, haciendo coro a esa tinta canción.

—¡Pobre infeliz! ¡Pobre infeliz!

Richard se une sacando su trompeta y comienza a tocar, algo parecido al grito de un pajarraco en apuros. Horrible, tenemos que tapar nuestros oídos.

De inmediato sale mamá, con su cara toda pintada y los cabellos alborotados.

—Por favor dime que eso que cargas en el cabello es chocolate —exclama Cecile con su cara de horror.

Mamá se encoge de hombros y dice frescamente.

—Si te sientes bien creyendo que es chocolate, pues es eso, amor —sonríe en dirección a Cecile.

Detrás de ella aparecen los trillizos y Cecile grita horrorizada y sale corriendo. Callum hace una arcada cerca de mí y tapa su nariz.

—Madre, ¿qué ha sucedido?

—Ingelimos muchas leguminosas y la combinamos con azucales y leche, lo que dio como lesultado una malavillosa dialea impalable —Grita Baltazar.

Y ahí Callum no aguantó más el vómito y saca todo de sus tripitas.

Lo ignoré, porque si no, igual sacó todo de las mías, y sinceramente hoy desayuné bien en el colegio, sería una lástima que lo devolviera.

—Al parecer no eres el único inventor aquí hermanito —escuché a Reece decirle a Per's que también está conteniendo el vómito.

Poppy y el pack de Jared.Where stories live. Discover now