Capítulo 48: "De los arrepentidos es el reino de los cielos..."

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Estaba aquel drekkar de platinada cabellera con su mirada celeste perdida en el suelo, no había sido honesto con sus padres, ¿Cómo podría decirles que Daisy se había enojado por nada menos por un error que él cometió? Aquella ninfa no era de quienes hablara mal de otros y sobre todo, no era que desconfiara de él, sino que fue él quien debió ser honesto...

Después de todo, ambos desconfiaron del uno del otro, cuando él discrepó de la lealtad de ella y cuando él no fue honesto del todo. Sin duda alguna, ambos estaban equivocados, pero quizás más él, en no ser completamente sincero, pero le dolía esto, y sobre todo su orgullo herido, reconocer que se había equivocado, era lo menos que quería.

Eso pensaba mientras caminaba hacia el segundo piso del cuartel general, vio en ese lugar como Miiko huía de aquel byakko que le entregaba con insistencia unas manzanas verdes, y sonreí, aquella kitsune no iba a reconocer, que aquello le encantaba, y eso lo sabía muy bien, vio como Miiko refunfuñó y escondiéndose en su alcoba y como aquel byakko bajaba los hombros desilusionado

-No pierdas las esperanzas, a ella le gusta que hagas lo que estás haciendo-, viendo como ese felino lo miraba con una sonrisa, colgó aquellas manzanas en la perilla de la puerta y corrió feliz al exterior del cuartel

-Muchas gracias, dragoncito...-, alzó la mano en forma de despedida, y ladeando la mirada, añadió-Hay una chica guapa esperándote en tu alcoba... lo sé porque esa pieza huele a ti...

Lance entrecerró su mirada frunciendo el ceño, viendo como aquel muchacho se iba alejando, y él caminando hacia su alcoba, ve como Daisy estaba sentada en cuclillas, con su rostro escondido entre sus piernas, y aquello le enterneció, y suspirando se acercó donde ella.

-¿Te han dicho que eres una linda acosadora?-, ella alzó la mirada y la vio llorar, Lance abrió sus ojos sintiéndose culpable, y uniendo sus labios en una fina línea se arrodilló frente a ella, la tomó en brazos y la entró a su alcoba

-Pero... ¿Qué haces?-, preguntó la aludida con una gran pena en su alma, frente a eso, vio como Lance le limpiaba las lágrimas

-No quiero que nadie te vea así-, aquella muchacha desvió la mirada, y bajando la mirada, se sonrojó, y frunciendo el ceño, saca las manos de él de su rostro-¿Aún enfadada?

-No... estoy avergonzada... Lance... sé que con solo pedir disculpas esto no solucionará mucho, pero sé que me equivoqué con decirte eso... pero ¿Qué esperabas después de decirme que me lancé a los brazos de otro cuando ese chico se propasó conmigo?-, exclamó molesta Daisy, y frente a eso, Lance suspiró molesto, pero antes que él recriminara, ella exclamó-Pero, sé que no debí decir eso, sobre todo, porque no es lo que realmente siento...-, se tapó el rostro con ambas manos, y añadió-Lo dije de enfadada y realmente yo confío en ti, pero te pido que tu también lo hagas...confía en mi... yo te amo... te amo... te amo... y lo repetiré hasta que lo creas...

-Daisy... mírame...-, ella sacó sus manos de su rostro, vio como Lance la miraba fijamente a su rostro, aquellas mejillas estaban sonrojadas, y acercó su rostro al de ella-Perdóname tu también... no debí actuar de esa forma... debí haber golpeado a él y no increpado a ti...

Daisy sonrió frente a eso, y ambos unieron sus labios en una nueva promesa, se sentían felices, hace días que se habían evitado y todo ese amargor, ahora se convertía en dulzura, y aquella ninfa del mar, se dejaba llevar por Lance, que la llevaba hacia la cama... donde aquel amor se iba a concretar en la unión de sus cuerpos...

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Crónicas Guardianas: "La mujer bajo el cerezo" [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora