Capítulo 18 (I)

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Las cosas han vuelto a la normalidad con Mercy. Es cierto que le sigue costando separarse del móvil y se sigue poniendo de mal humor muy rápido, pero está lentamente volviendo a comportarse como antes. El asunto también se está calmando, sobretodo porque muchas fans de Hero están defendiendo a la chica, aunque ya haya quedado aclarado que no son pareja. Cuando me he despertado, he visto que hoy sería un día soleado, de esos tan difíciles de ver por aquí, y realmente lo puedo notar en mi estado de ánimo.

Mercy me ha llamado para que vaya a su casa y he decidido ir caminando a pesar de ser un trayecto bastante largo, pero hay que aprovechar los días en los que no tienes que llevar a cuestas un paraguas. Probablemente, la lluvia es una de las cosas a las que más me ha costado acostumbrarme, pero no lo cambiaría. También me siento muy culpable por lo poco en forma que estoy últimamente, pero no tengo tiempo para nada y darme este paseo no me vendrá mal.

Respiro más tranquila cuando me alejo del centro de la ciudad y las calles comienzan a estar menos abarrotadas. Las casas de los barrios residenciales me transmiten tranquilidad y consiguen que pueda verme en una de ellas en un futuro, aunque probablemente nunca llegue a tener el dinero necesario para ello sin depender de mis padres, casi no me puedo creer que esté logrando vivir sin su ayuda, si ignoramos el pequeño préstamo que me hizo mi padre en Navidad. Cuando cruzo la esquina de la calle de Mercy, me encuentro a la chica sentada en su acera.

—¡Primera clase de conducir! —me grita nada más acercarme a la entrada de su casa. Habíamos quedado en pasar el día en su casa tomando el sol, aunque me parecía ridículo porque estamos en febrero y el sol apenas calienta, pero estoy segura de que Mercy ve el sol como una vez cada cinco años así que no podía discutírselo. De todas formas, la idea de pasar la mañana sin hacer nada me parece maravillosa.

—Ni de broma —contesto esquivándola para entrar a su casa cuando veo que el coche ya está aparcado en la puerta y me mete con un simple empujón en el asiento del conductor. Mercy ha pasado los últimos meses yendo a clases de conducir y al fin ha conseguido el carnet después de un par de suspensos en el examen práctico. Si soy sincera, he estado evitando meterme en el coche con ella desde que le entregaron el carnet porque los suspensos no me han dado la confianza necesaria para poner mi vida en sus manos.

—Cállate y escucha a la profesional. —Me quedo mirando la señal de L colgada en el cristal como respuesta pero ella me ignora— Vale, primera lección.

Me esfuerzo durante treinta segundos por escucharla y al minuto ya nos estamos gritando la una a la otra. Ella comenta las ventajas de saber conducir mientras yo recalco lo malo que es para el medio ambiente y lo ridículo de que el volante esté en la derecha. Seguimos discutiendo un rato mientras me voy poniendo cada vez más nerviosa porque no quiero morir hasta que alguien pica en la ventana de Mercy y salta de la silla asustada, casi dándose con el capó.

—¿Qué os pasa? —pregunta Hero desde la ventanilla que ha abierto Mercy. Intento con todas mis fuerzas no sonreír al verlo y parecer tranquila. Volvió hace un par de días y aún no lo había visto hasta ahora.

—Estoy intentando enseñar a Clara a conducir pero no colabora. —Me mira muy enfadada y casi me creo que lo está de verdad.

—Eso es porque eres muy mala profesora, sal —contesta echándola del coche y subiéndose de copiloto. Mercy corre a la parte de atrás y comienza a pelear con Hero, sospecho que esta vez enfadada de verdad, pero él no le hace caso—. Cuánto tiempo —dice cuando consigue que Mercy pare de patalear y me mira por primera vez, sonriéndome.

—Mucho, ¿cómo te ha ido? —pregunto, mucho más interesada en la conversación que en el coche con el motor encendido que debería estar conduciendo. Aún estoy intentando comprender mis sentimientos por Hero, hace poco más de un mes estaba segura de que me gustaba, pero no puedo dejar de pensar en los contras que eso tendría.

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