Capitulo 2

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El viernes se levantó temprano, se ducho y se esmeró mucho en estar perfecta, dentro de lo informal claro, saco un montón de camisetas de las que no había guardado en la maleta que se llevaba y finalmente se decidió por una roja ajustada y unos tejanos negros que le sentaban como un guante. Se miró al espejo y sonrió pensando que para que demonios le interesaba a ella estar tan guapa, si total, todo era una farsa, pero aún así se solto el pelo. A las 12 en punto oyó el claxón y al asomarse vió un estupendo mercedes dos plazas y a un chico apoyado en el. Cogió sus gafas de sol, cerró la puerta y sonriendo pensó: Amaia, vamos a por todas, a conseguir ese sillón.

En cuanto la vio salir Alfred se quito las gafas de sol y la repasó de arriba a abajo sin disimulo alguno. Le dedicó una sonrisa a Amaia que la dejó flasheada y después de guardar sus maletas le abrió la puerta del deportivo.

- ¿Señorita?, el éxito la espera.

Amaia entró en el coche y al momento lo hizo el.

- Bueno, aunque ya lo sepas, soy Amaia, encantada de conocerte.

- Igualmente.

Todo era muy frió. Alfred puso el coche en marcha saliendo de allí. Iban en silencio pero Amaia lo iba mirando de reojo y lo detallaba al milímetro, llevaba unos tejanos desteñidos y una camiseta blanca ceñida a su magnifico cuerpo. Sus ojos eran preciosos y tenia un pelo con unos rizos en el que estaba segura las mujeres perdían sus dedos. Realmente era impresionante.

- ¿te gusta lo que ves?

La pregunta la pilló desprevenida y se puso roja como un tomate.

- ¿Como? ¿Porque lo dices?

- sonrió y la miró un momento.

- Vamos, puedes mirar tranquilamente, no hace falta que lo hagas de reojo y disimulando, recuerda que lo has pagado.

- Pues si, la verdad es que me gusta mucho. - a Amaia le impresionaba con la tranquilad que el asumía todo esto, pero claro, el ya estaba acostumbrado y ella no- Perdona, pero es que yo no hago esto normalmente y no se como actuar ni como comportarme.

- Jajajajajajajaja, no te preocupes, lo entiendo pero lo que no entiendo si me permites la pregunta es como una mujer como tu ha tenido que recurrir a mi. Seguro que tienes a miles de pretendientes que te habrían hecho el favor gratis. Eres muy guapa.

- Gracias, pero ninguno servía para lo que yo necesito. Imagino que Helena te ha puesto a al día en todo.

- Pues si, llevo la lección muy bien aprendida, tranquila.

A Amaia había una cosa que le intrigaba y es que ese chico se veía realmente muy joven pero no se atrevía a preguntárselo. Alfred la vio pensativa.

- Anda suéltalo

- ¿El que?

- Eso que quieres preguntarme y no te atreves

- ¿Como sabes que hay algo que no me atrevo a preguntarte?

- Os conozco, es mi trabajo

- ¿Que edad tienes?

- 24 años

Amaia casi se atraganta sola -¿24 años? -

- ¿Sorprendida?

- Si, bueno no, es decir, te ves muy joven pero pensaba que era por que te cuidabas mucho o algo así, pero realmente eres casi un crió.

- ¿Para dedicarme a esto quieres decir?. Bueno, tal vez tengas razón pero esta es mi vida, al menos por ahora.

Amaia creyó ver un asomo de seriedad en sus ojos pero desapareció tan rápido que no sabia si eran imaginaciones suyas. Durante el resto del camino fueron repasando todo y ademas bromeando y conociéndose un poco. El trayecto se les hizo corto y sin casi darse cuenta llegaron a la mansión de fin de semana de los Cabrera.

Alfred aparcó el coche y al mirar a Amaia vio que estaba petrificada, le cogió de la mano y ella me miró.

- Tranquila, todo va a salir bien, no te preocupes ¿vale??. No te fallaré, puedes estar segura. Y le dedicó una de sus encantadoras sonrisas.

Amaia le miró a los ojos y sin saber como, se serenó y realmente al sentir la seguridad de el supo que todo iría bien. - Muchas gracias Alfred, me hacia falta escuchar eso.

Alfred le soltó la mano y salió del coche abriéndole la puerta a ella para que saliera también.

- Amaiaaaaa, mi amor, pero que alegría tan grande me das viniendo este fin de semana a mi casa. Y girándose hacia Alfred que iba de la mano de Amaia - Pero bueno ¿no me piensas presentar a tu novio?

- Perdona Gloria, el es Alfred.

- Encantado de conocerla Gloria, pero he de decirle que las fotos que Amaia me ha enseñado de ustedes no le hacen justicia, es mucho más bella al natural - le dijo dándole dos besos -

Gloria sonrió ampliamente visiblemente encantada con el comentario y cogió del brazo a Alfred diciéndole a Amaia- No me estraña que lo tuvieses tan escondido niña, no me extraña, ademas de increíblemente guapo es encantador. Ven conmigo Alfred, te presentaré al resto de invitados. Y se marcho con Alfred dejando a Amaia alucinada.

Roberto. Vaya vaya, veo que mi mujer ya te lo ha robado eh?, pobrecillo, no se si saldrá vivo de esta.

Amaia miró a su jefe y soltó una carcajada - Ya lo creo que saldrá Roberto, ya lo creo - En ese instante Alfred que estaba con un grupo de gente que Gloria le iba presentando se giro y le guiñó un ojo lo que hizo que ella bajara la mirada.

Al rato y después de todas las presentaciones. Gloria les acompaño a su habitación.

- Bueno chicos, espero que os guste. Abrió una puerta y les mostró su habitación que era realmente bonita... y con una sola cama de matrimonio. Amaia tragó saliva y puso una mueca que Gloria vió - Amaia, puedo ser muy tradicional pero no soy tonta y prefiero que durmáis juntos a que os paseeis en pijama o sin el por la noches por estos pasillos. Comemos en media hora .- Y diciendo esto cerro la puerta y se marcho.

- ¿algún problema? preguntó a Amaia viendo la cara que ella tenia

- No, es solo que... bueno.. yo no pensaba que tuviésemos que dormir juntos, le dijo sinceramente.

- jajajajajajaa, por mi no te preocupes, recuerda que para ti es un fin de semana pero yo estoy trabajando y si no has pagado por ese tipo de servicios no va a pasar nada, puedes estar tranquila.

- Ya, tienes razón, pero aún y así me incomoda. - Y no sabes cuanto pensó ella para si mirándole cuando el estaba de espaldas-

Bajaron a comer y a pesar del interrogatorio sobre todo de Gloria, como fue un pica-pica en el jardín la cosa no fue demasiado exhautiva.  Por la tarde habían jugado a tenis, por cierto Alfred ganó, y además se rieron bastante y sin darse cuenta fue anocheciendo por lo que todos subieron a prepararse para la cena, Ahí la cosa seguro que sería  mas peligrosa ya que hasta ese momento no habían profundizado mucho en ellos dos como pareja y estaba segura que por la noche no tendrían tanta suerte.

A GOLPE DE TALONARIOWhere stories live. Discover now