Capitulo 11

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Pasó un mes y Amaia y Alfred seguían viéndose, bueno en realidad se veían cada vez que el podía, cosa que realmente no era muy a menudo porque entre las noches, días enteros y hasta semanas enteras que le tenia su "trabajo" ocupado, realmente habían estado juntos en un par o tres de ocasiones más. Eso si, cuando se veían disfrutaban una del otro, aunque ella aún no había averiguado nada, prefería no tocar el tema ya que el lo evitaba siempre. Maddie era su paño de lagrimas cuando el no estaba, ya que Amaia lo pasaba realmente mal sabiendo que estaba con otra mujer, por mucho que intentara convencerse así misma de que tenia que pasar, no podía, era del todo imposible. Y esta era una de esas noches.

- Pero ¿tu te estas viendo?, hecha una magdalena por un crió del que apenas sabes nada, y lo que sabes casi mejor que no lo supieses - le dijo mientras la abrazaba -

- ¿Y que quieres que le haga?, dímelo, porque yo no se como superar esto. No soporto saber que ahora mismo debe estar con otra tía en la cama pero no puedo olvidarme de el, no puedo, le quiero demasiado - Confeso a su amiga -

- ¿Y el?, ¿te quiere el a ti? ¿Acaso te ha dado alguna esperanza por la que valga la pena sufrir así?

- Pues imagino que no Maddie, pero en cuanto esta libre me llama, algo querrá decir ¿no?. Y cuando estoy con el me olvido de todo lo demás y soy feliz. - suspiró ella -

Maddie la apoyaba, pero no le gustaba ver así a su amiga por algo que sabia que no tenia solución y que no podría acabar nunca bien, aún así, ahí estaba ella, ayudándola y animándola. A fin de cuentas para eso están las amigas ¿verdad? y cuando tuviera que recoger sus pedazitos también estaría allí.

Al día siguiente Alfred llamó a Amaia. A ella se le ilumino la cara en cuanto vío su nombre en la pantalla del móvil.

- ¿Que tal?

- Hola cielo, pues liadisimaaaa, más de lo que quisiera - se quejó ella -

- Es lo que tiene ser una de las mejores abogadas de este país nena. Por cierto ¿cenamos esta noche?

- No puedo, ojala, pero tengo mañana un juicio importantísimo y me tendré que quedar a trabajar en el despacho hasta tardísimo - le dijo ella triste -

- Vaya, bueno, no te preocupes, otro día será. Y no te preocupes, seguro que como siempre estarás brillante - Y colgó, con una sonrisa pícara que por supuesto Amaia no pudo ver.

Eran las diez de la noche y Amaia estaba atrapada entre un montón de papeles y documentos que tenia que estudiar y aprenderse bien, pero no podía concentrarse porque no se quitaba a Alfred de la cabeza. El hecho de pensar que ahora mismo podía estar con el y sin embargo estaba enterrada entre miles de papeles que en ese momento no le interesaban nada la tenia cabreada -

Joder - dijo aparatando de golpe unos cuantos de eso papeles - Vaya una mierda!!!.

Volvió a acercarse esos papeles, intentando por centésima vez concentrarse en ellos porque sino lo conseguía el juicio de maña a sería un autentico desastre. De reprende sintió su olor, ese olor que la volvía loca y unos brazos la rodearon besándola el cuello.

- ¿Seguro que no te apetece hacer un descanso? - Le susurro el sensualmente mientras ella estiraba uno de sus brazos para tocar sus rizos.

- Alfred - ella se giró a mirarlo, ¿como podía ser tan condenadamente guapo? - ¿que haces aquí? - consegui preguntarle mientras el la seguía besando el cuello.

El paró de besarla y la miro divertido.

- Pues simplemente he pensado que tanto trabajo es malo para la salud y que seguramente sería bueno que te tomaras un descanso para relajarte. Y por lo que veo no me he equivocado, estas muyyy tensa - le dijo masajeandole los hombros -

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⏰ Last updated: Jul 03, 2020 ⏰

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