{ !love } [Wigetta]

(0) 00000

Nunca me he sentido una persona capaz de amar.

Desde pequeño, siempre me ha generado cierta sensación de ansiedad el ver cualquier tipo de pareja, y más si esta se demuestra afecto de alguna manera. No importa si son mis padres, amigos o simplemente una pareja desconocida que pasea por la ciudad, la sensación siempre es la misma. Es incómodo, me hace sentir desencajado, instaura en mi la necesidad de alejarme de la escena. Incluso mi cuerpo parece reaccionar ante aquello, ya que no puedo controlar cuando mi ceño se frunce y mis labios se fruncen en señal de desagrado; a veces siento que mis músculos tiemblan por querer moverse y yo no permitírselo. Resulta agobiante la mayoría del tiempo.

No me mal interpreten, no me desagradan las personas en pareja ni el amor que se tienen, sino la unión que hago entre eso y yo. No puedo emparejarlo conmigo, parece algo completamente imposible teniendo en cuenta como soy y lo que debería ser para encajar con alguien más... quizás es por eso que termina quedando como rechazo en mi mente.

Ciertamente, no puedo entregarme plenamente a alguien.

Lo he hablado con mi terapeuta más de una vez, pero el tema parece estar estancado entre nosotros, o quizás lo he terminado de estancar yo mismo luego de varias sesiones de frustración. Se que quiere hacerme ver el otro costado de mi rechazo, que tenga una segunda mirada de aquello que tan lejos quiero de mí, pero he alcanzado ese punto sin retorno en el que no puedo cambiar mi forma de ver la vida; estoy verdaderamente convencido de que el amor no es para mí.

Muchos creen que es cosa de corazones rotos, y en parte es eso en mi caso, pero tampoco quiero echarle toda la culpa a mis ex parejas; la tienen, pero no de esa manera. Se trata de mi y el rechazo, de las garantías que tengo sobre lo que pienso y siento, de lo convencido que estoy de todo lo que me rodea.

No, definitivamente Guillermo Díaz no sirve para esas cosas del amor.