Me encantas

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Existen varios secretos en mí, la mayoría ya lo sabes, otros los asumes, algunos los intuyes. El mayor de todos, que dejar de ser secreto (ya que lo sabes tú y mis mejores amigos), es ese en donde te regocijas y te deleitas cada vez que tienes oportunidad, susurrándome: Te encanta. Mientras me derrito y pierdo argumento. ¿Qué le puedo hacer si es verdad? A estas alturas, ante tu presencia no sé cómo disimularlo y me tomo el tiempo para respirar, regularme y seguir. 

He memorizado la ubicación exacta de tus lunares. Tu favorito es el mío también por la zona en la que está ubicado. Me encanta el contraste que hace la cicatriz en tu dedo, resaltando toda tu mano. Y si hablamos del hueso sobresaliente de tu cadera, se me seca y se me hace agua la boca por igual. Deseo acariciarlo con mi lengua y darle un merecido masaje con mis dientes. No me culpes por el hecho de que sea sumamente provocativo, podría irme un poco más al sur pero sería extenderme demasiado, perderme entre kilómetros; solo diré que deseo que me enjaules y me encierres entre ellas. 

Entonces vamos al norte, ojos cafés enmarcados por largas y gruesas pestañas, resguardadas por unas pobladas cejas. Conoces tus atributos y los utilizas a tu favor para torturarme, sin contar que cuando ocultas tu boca detrás de tu mano dejándolos en primer plano puedo leerte, la intensidad de tu mirada se duplica y se triplica, envolviéndome hipnotizándome. Es por eso que en ocasiones me limito a no hacer contacto visual. Supuestamente no eres consciente de tus cambios en tu tono de voz, no te creo. Además has agregado el susurrar a lista, sé que es parte de nuestro propio juego interno, nuestra rutina. Hablemos de cuando ruegas con esa voz de niña a la cual es imposible decirle que no; cuando alzas la voz y no me dejas escapatoria al ser autoritaria, incluso ocasionas sensaciones en mí cuando gritas de frustración. 

Lo que me lleva a tus cambios de respiración, sé reconocer cuando dejas de respirar o es tan superficial que ni se oye. He desarrollado el donde de reconocer el dolor, el miedo, el placer y la diversión en cada una de las partes de tu cuerpo que he descrito y sin vergüenza, miedo, angustia o pena admitiré delante de quien sea que ME ENCANTAS de pies a cabeza, con todo incluido: miedos, fantasías, inseguridades y tu lenguaje de camionero (que es mi favorito). Prometo solemnemente que la próxima vez seré más explícita y detallista porque la verdad es que fui muy puntual y dejé muchas cosas detrás. 

Un sueño a través de letrasМесто, где живут истории. Откройте их для себя