Es que...

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Es que quisiera que te encargaras de que no tenga ganas de volver a escribir jamás, el problema es que sería otra mentira más; esa verdad a medias que existe porque la verdad absoluta es tan grande que asusta. Es que la vida me enseñó que nuestras prioridades no son las mismas y mi masoquismo no ha podido dejar de ponerte de primero. Es que tu egoísmo me abandonó, ya no volvió a buscarme, ya no me sostuvo sin cansarse, ya no me peleó por irme sin despedir porque aprendió que es la mejor manera de herir. Es que tu memoria recuerda solo lo que quiere cuando quiere, de la manera más absurda, y ya no me causa risa, ahora me llena de frustración como si fueras un personaje ficticio producto de mi imaginación; cuando en el momento estuvimos las dos. Es que no he perdido la cuenta de las lágrimas que han cruzado el camino de mi cuello hasta terminar en la almohada, como si de esa manera se limpiaran tus huellas dactilares de mi ser. Es que ni te puedes imaginar la facilidad con la que te puedo definir y retratar justo cuando creo que te he logrado olvidar. Es que te he gritado tantas veces que me he quedado sin voz, sin fuerza, sin fe y sin esperanza. Es que me di por vencida al verte sonreír y entender que no fue por mí, al escuchar tu voz a la distancia y buscarte entre la gente sin encontrarte ya que solo eres una ilusión de mi mente. Es que lo único que siempre te deseé fue que fueras feliz y me empeñé en ser yo la protagonista de la acción sin presentar el casting en tu audición. Es que eres un espectáculo de un eclipse, tanto, solar como lunar que logró lo que otros no pudieron y sin ni si quiera proponérselo. Es que desearía poder olvidarlo todo pero el almacenamiento de mi memoria tiene aún espacio disponible y mi TOC automáticamente realiza un respaldo de cada momento vivido a tú lado, codificado y rediseñado para no ser jamás borrado.  

Un sueño a través de letrasWhere stories live. Discover now