Te confieso entre líneas.

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Te confieso que me encuentro aterrada, lo que siento por ti cada día crece más y me abruma el hecho de que no pienso con claridad, me nublas el juicio y me atas a un futuro incierto en el que yo no soy tu primer opción. Deseo ser el plato principal y el postre. No quiero seguir siendo el plato de segunda mesa, la última opción, el consuelo... tal vez llegué tarde a tu vida, soy consciente de las circunstancias en las que nos conocimos y me repito todos los días que yo me mantuve al margen, que yo te respeté y que no me involucré hasta que estuviste sola. Me recuerdo que todo fluyó solo y de manera natural; que cada cosa realizada y dicha fue mutua. Que lo que vivimos fue tan hermoso y placentero hasta el punto de no ser suficiente. Para mí no fue un juego, fue lo más real que he experimentado, sentido y vivido. 

Te confieso, lo que ya te he dicho, me ahogo cada vez que te veo con ella; mi sangre se calienta como lava cada vez que te rechaza, cada vez que observo como la tocas y besas. Mi corazón se enfría cuando no puedo acurrarme en tu costado izquierdo, cuando tengo que frenar el impulso primitivo de rozar tu piel con las yemas de mis dedos. 

Te confieso que sé que comenté una vez que dejarte ir había sido más fácil de lo que yo pensaba, pero la verdad es que no te he dejado ir. No por completo; solo respeté tu elección de persona y me resguardé tanto como pude. El problema es que me volví visible, ya capté tu atención y te di mucho más de lo que pedías y todo lo que necesitabas de mí, entonces tampoco deseas dejarme ir, ni si quiera lo intentas. Aunque me sobras las razones para detestarte, para alejarme y no volver, existen billones de conexiones que me mantienen atada a ti de manera natural y lo maravilloso es que a pesar del dolor, la frustración y el ahogo disfruto esos momentos efímeros que obtengo contigo. Momentos en donde no existe ese tercero, solo tú y yo creando un desastre que amenaza con destruirnos de la forma más placentera y cautivadora. 

Te confieso entre líneas que tus palabras ahogadas a través del auricular no han dejado de rondar mi mente y esa parte de mi las abraza y se ilusiona porque la verdad es que yo supe desde el primer roce que por ti iba hacer locuras, iba hacer el paseo en la montaña ruso más largo y que gritaría hacia adentro todo lo que siento por ti...

Un sueño a través de letrasWhere stories live. Discover now