✧ ᴋʜᴀʟᴇɴ's ʟᴜʟʟᴀʙʏ [ᴘ.ɢ] ✔

✧ 03; ❝ʟɪʙᴇʀɪᴏ ɪ. sᴏʀᴘʀᴇsᴀ.❞

Tan pronto ingresamos a Liberio, Theo Magath solicitó la presencia de los guerreros en el cuartel general para esa misma noche.

—Descansen todos y nos vemos por la noche. Señorita Kaleli -

—¿Si capitán?

—Necesitamos su apoyo tan pronto esté aseada, el hospital requiere de su presencia -

—¡Sí!

Miré a Khalen por última vez antes de que comenzara a correr a su casa, en busca de quien le había dado amor y cariño.

—Deberías ir con ella, cariño. Además tenemos una sorpresa para ustedes -

—¿Qué hizo, mamá?

—¡Más tarde sabrás! Ve con ella porque debe ir a trabajar y el señor Kaleli no puede estar solo.

Sonreí. Me alegraba de que mi madre quisiera a Khalen, una cosa menos de qué preocuparme.

Ella me dio una pequeña mochila y sonrió.

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KHALEN

Al llegar a casa, escuché la música de aquel megáfono viejo pero con buen sonido.

—Estoy en casa -dije con voz alta.

—¿Khalen? -caminé con prisa hasta la cocina, mi padre estaba en una silla y nos mirabamos con lágrimas en los ojos.

Caminé hasta él y me incline para besar su frente, tomó mi mano y besó mis nudillos.

—Estoy en casa -repetí.

—Oh mi niña, ya eres toda una mujer -

—Pero qué dices -mencioné con risitas.

—Has salvado a muchos soldados durante esta guerra, me alegra haberte heredado mis conocimientos sobre medicina -

Sonreí con ternura, mi padre es el mejor.

—El Capitán Theo Magath requiere mi presencia en el hospital para ayudar con los heridos de guerra... Antes de irme le haré la comida, papá -

—No es necesario -

Aquella tercera voz me sorprendió, mi padre y yo giramos el rostro y vimos a Porco en el umbral de la cocina.

—¿Porco? -pregunté

—¡Muchacho! Bienvenido, tus padres me dijeron que vendrías por mí -

—Gracias señor Kaleli. En efecto, iremos a mi casa y cuando Khalen esté lista podremos comenzar -

—¿Comenzar? ¿Estar lista? ¿Papá, qué hizo esta vez? -

—Es una sorpresa -dijo con una sonrisa.

Miré a mi pareja con curiosidad, tan sólo se limitó a subir sus hombros y hacer una ligera mueca.

—En realidad no sé los detalles pero supongo que algo planearon mis padres junto al Señor Kaleli... -suspiró —Incluso me pidieron que te entregara esto -al instante, tendió una mochila de color café oscuro y la tomé entre mis manos.

Con cuidado, Porco comenzó a arrastrar la silla de ruedas de mi padre y salieron de la casa.

—¡Vendré en 30 minutos! -

Caminé hasta el baño, debía asearme rapidamente si no quería atrasarme y arrunar la mencionada sorpresa.

Revisé el contenido de la mochila, era un cambio de ropa muy bien doblado y sin arrugas: una falda larga de color azul marino, ropa interior y una blusa blanca con un bordado en el torso muy bonito.

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Cuando estaba terminando de cepillar mi cabello, alguien tocó a la puerta, con la esperanza de recibir a Porco corrí a a la puerta, llevandome la sorpresa de ver ahí a...

—¿Qué haces aquí? -