✧ 10; ɪɴғɪʟᴛʀᴀᴅᴏs

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Cuando crucé el umbral de una puerta, supe que no había bajado a las demás celdas, sino al recinto principal del Distrito Shingansina: una especie de cuartel.

Al parecer nadie me reconocía, en este momento agradecía de sobremanera a Hanji-san que siempre me tuvo en observación para sus raros experimentos.

—¡El enemigo se ha infiltrado entre nosotros! ¡Dos personas están muertas!

—¿Quiénes eran?

—¡Ni idea!

—¡Al parecer fue la portadora del Titán Carreta!

Mientras escuchaba las palabras de los soldados de las distintas ramas de servicio de Paradise, me alegré al saber que Pieck estaba aquí.

—¡Se dice que traicionó a Marley!

—¿Qué?

—El señor Jaeger lo dijo -

Una fuerte sensación de arcadas hizo que me recargara en un mural, sin embargo una persona se quedó cerca de mí, situación que me hizo sentir nervios.

—¿Señorita? ¿Se encuentra bien? -

—Algo que comí tal vez me hizo daño -dije tratando de recomponerme.

—Yo la ayudo -

Aquella voz grave hizo que mi corazón diese un giro en mi pecho, revolviendo todo dentro de mí. Poco a poco fui levantando mi rostro y al ver aquellos ojos claros sentí aquella calidez que desde hace cuatro semanas había perdido.

—Gracias -dije mientras Porco me tomaba del brazo y de pronto me ponía detrás de él.

—¿Esa pequeña marleana mató a dos personas? ¿De verdad está de nuestro lado? -preguntaron algunos mientras observaban con atención a Gabi, Pieck y Eren, quienes subían las escaleras del lado contrario a donde yo había aparecido.

—¡Por favor cuiden bien de mí! -dijo mientras levantaba sus manos y saludaba a los soldados.

—Qué ruidosa -

Cuando ya no se veían en ningún lado, Porco tomó una de mis manos y me sacó con prisa del lugar, aunque permanecimos cerca de la entrada.

—¿De verdad eres tú? Dime que esto no es otro sueño... -dijo con la respiración entrecortada.

Yo sólo atiné a tomar su rostro y besar sus labios. Esto era real. De verdad estaban aquí.

—¡Maldita sea! Tenemos infiltrados y los estúpidos mocosos besuqueándose ¡A sus puestos, par de idiotas! -gruñó un hombre mayor.

—¡Sí, señor! -dijimos al separarnos y hacer una señal de respeto, el adulto sólo se adentró al reciento.

—Khalen no tenemos mucho tiempo, camina al menos diez calles al sur de este lugar. Ponte a salvo -

—¿Y tú? ¿Qué vas a hacer? -

—Volaré este lugar -

—Es una trampa... -dije de inmediato.

Besó suavemente mi frente y miró mi cabello.

✧ ᴋʜᴀʟᴇɴ's ʟᴜʟʟᴀʙʏ [ᴘ.ɢ] ✔Où les histoires vivent. Découvrez maintenant