Día veintiocho

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Cuando salí de mi habitación me encontré con Ale dormida junto a la puerta, se veía muy cansado y sin esperanza que comencé a llorar. Yo le había hecho eso. He arruinado la vida de cada uno de ellos. Sólo porque fui egoísta.

Mi llanto la despertó y me abrazó. Ale da unos muy buenos abrazos como tú sabes, así que estuve así con él por un largo tiempo. No lo escuché quejarse o sentirlo que se separara de mí. Lloró junto conmigo, en ese momento me sentí muy cercano a Ale de lo que jamás había estado. Y me lamento por no haberle puesto atención antes.

99 días sin ti | adaptación Emiliaco |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora