Día cincuenta y uno-setenta

101 11 0
                                    

Lo sé, ha pasado mucho tiempo desde que te escribí. Pero no te quiero aburrir con lo que he hecho estos días con mis hermanos y mi madre. Porque cada día era básicamente igual al anterior. Me despertaría por los jalones de cabello por parte de Romí, riendo y diciéndome que tenía que bajar a desayunar. Normalmente, siempre rechazaba su invitación y ella dejaba mi habitación decepcionada. Dormir sólo tomaría poco, ya que mi madre entraría a mi cuarto con un plato lleno de comida, se sentaría al final de la cama hasta que me terminara el último trozo de comida antes de irse de la habitación con una sonrisa. Después de eso querría dormir, pero obviamente, no me lo permitirían. Siempre me sacarían de la conformidad de mi cama para ir al supermercado o tiendas. Romí y Kiko reirían mientras yo caminaba somnoliento junto a ellos, preguntándome que haría si tú estuvieras caminando a mi lado, tomados de la mano y sacándome de mi miseria. No es que no guste estar con mis hermanos, pero después de un tiempo suele ser algo molesto.

Mi familia también te extraña, ¿lo sabias? Ha habido alguna-muy pocas, pero algunas- discusiones acerca de ti. Mi madre no hablará de ti por más de unos cuantos minutos, piensan que hablar sobre ti, me lastimara más. Pero para ser honesto, siento que es un peso menos en mis hombros cada vez que digo tu nombre. Al mismo tiempo duele, sí. No sé muy bien cómo explicarlo, pero es así. Diego vino a mí el otro día, preguntando cómo me sentía. Le dije que bien, como les decía a los demás. Nos sentamos por un tiempo, hablando sobre cosas para asegurarse que me sentía bien. Pero como siempre, los buenos sentimientos nunca se presentan. Especialmente cuando te sientes culpable en lo más profundo de tu corazón. Mis hermanos han notado el cambio en mí, y me siento horrible. Estoy lastimando a todos a mí alrededor y lo odio. Cuando ven mi mal humor, al menos ellos intentan sacarme una sonrisa y reír, pero ahora simplemente se alejan lentamente, ya que no saben cómo tratar conmigo. No las culpo, ni siquiera sé cómo tratar conmigo mismo. He ganado peso y me siento saludable, todos están felices por eso. Pero sigo sintiéndome vacío por dentro mi peso simplemente ha incrementado el peso en mis hombros. No sé si estoy diciendo mucho de lo que ha pasado en estos días, pero como te dije, no fueron tan importantes. El dolor había disminuido por unos días, pero ha regresado. Ni que decir, no me ayudó tanto como todos creían.

99 días sin ti | adaptación Emiliaco |Where stories live. Discover now