✓ DRAGONS, harry potter [#1]

18. 𝗘𝗟 𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢́𝗡 𝗗𝗘 𝗛𝗔𝗚𝗥𝗜𝗗

           SIN EMBARGO, Quirrell debía de ser más valiente de lo que habían pensado. En las semanas que siguieron se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, pero no parecía que su voluntad hubiera cedido.

Cada vez que pasaba por el pasillo del tercer piso, Harry, Ron, Lucy y Hermione apoyaban las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estaba gruñendo, allí dentro. Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significaba que la Piedra estaba a salvo. Cada vez que Harry se cruzaba con Quirrell, le dirigía una sonrisa para darle ánimo, y Lucy decía a todos que no se rieran del "torpe profesor de D.C.A.O", lo cual no ayudaba mucho, por lo que siempre salía Ron gritando algo más gentil.

Hermione, sin embargo, tenía en su mente otras cosas, además de la Piedra Filosofal. Había comenzado a hacer horarios para repasar y a subrayar con diferentes colores sus apuntes. A Harry, Lucy y Ron eso no les habría importado, pero los fastidiaba todo el tiempo para que hicieran lo mismo.

—Estás siendo exagerada —dijo Lucy, bufando.

—Hermione, faltan siglos para los exámenes —dijo Ron rodando los ojos.

—Diez semanas —replicó Hermione—. Eso no son siglos, es un segundo para Nicolás Flamel.

—Pero nosotros no tenemos seiscientos años —le recordó Lucy, cruzándose de brazos.

—De todos modos, ¿para qué repasas si ya te sabes todo? —preguntó Ron confundido y ceñudo.

—¿Qué para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que pasar estos exámenes para entrar en segundo año? Son muy importantes, tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no sé lo que me pasó...

—Te pasó: que te divertiste, amiga —explicó Lucy alzando sus manos.

Ron asintió, dándole la razón, mientras que Hermione rodó los ojos.

Pero desgraciadamente, los profesores parecían pensar lo mismo que Hermione. Les dieron tantos deberes que las vacaciones de pascua no resultaron tan divertidas como las de Navidad, y Lucy, no había vuelto a encontrarse con Cedric desde esas vacaciones de Navidad. Era difícil relajarse con Hermione al lado, recitando los doce usos de la sangre de dragón o practicando movimientos con la varita. Quejándose y bostezando, Lucy,Harry y Ron pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la biblioteca con ella, tratando de hacer todo el trabajo suplementario.

—Nunca podré acordarme de esto —estalló Ron una tarde, arrojando la pluma y mirando por la ventana de la biblioteca con nostalgia.

—Pues mira que yo no voy mejor que tú —bufó Lucy, leyendo su pergamino de herbología.

Era realmente el primer día bueno desde hacía meses. El cielo era claro, y las nomeolvides azules y el aire anunciaban el verano.

Harry, que estaba buscando «díctamo» en Mil hierbas mágicas y hongos no levantó la cabeza hasta que oyó que Ron decía: