117. 𝗟𝗔 𝗙𝗜𝗘𝗦𝗧𝗔

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        Lucy salió frustrada de la biblioteca, no había encontrado el libro, por más que hubiera buscado por cada uno de los estantes, no estaba

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        Lucy salió frustrada de la biblioteca, no había encontrado el libro, por más que hubiera buscado por cada uno de los estantes, no estaba. Era comos si se hubiese evaporado.

—¡Eh, Lucy! —le gritó una voz a su espalda y al girar se encontró con Cedric.

—Hola, Ced —saludó Lucy, en cuanto el estuvo a un metro de distancia—. Lo lograste, eh —soltó Lucy, viendo el huevo de oro que tenía el castaño en sus manos.

—Sí, yo... —se rascó la nuca, viendo los ojos confusos de Lucy en él—. Te quiero agradecer, Lu —dijo de la nada él, sorprendiendo a Lucy—. Gracias a tí comprendí que debo concentrarme en mejores cosas —dijo él, soltando su nuca y mirando a Lucy—. Comprendo porqué no puedes corresponderme...

—Cedric... —Lucy le iba a decir que se detuviera, pero el castaño la interrumpió.

—... No estoy triste, estoy felíz —aseguró el castaño, agarrando el huevo de oro con una mano y con la otra se acercó a acariciar lentamente la mejilla izquierda de Lucy—. Él te puede dar algo mejor de lo que yo te podría dar.

Lucy miró los ojos de Cedric y vio la realidad, Cedric la amaba, pero aquello la destrozaba. Él la amaba tanto que quería que sea felíz. Ella sabía que hablaba de Harry, ella comprendía el dolor que él sentía en ese momento y no sabía qué hacer.

—Eres un buen chico, Cedric —aseguró la pelirroja—. Encontrarás a alguien mejor que yo y es... qué todas las personas son mejor persona que yo —dijo Lucy, viendo cómo los ojos de Cedric se cristalizaban.

Nadie puede ser mejor persona que tú, Lucy —murmuró el castaño, viendo los azules ojos de Lucy.

Alejó lentamente su mano de la mejilla de la pelirroja y le regaló una leve sonrisa, para luego girarse y comenzar a irse por el lado opuesto. Lucy se quedó petrificada allí, viendo a Cedric alejarse. Aquellas fueron las palabras más lindas que le habían dicho en su vida.

No supo cuándo había comenzado a llorar, solo sintió un lágrima llegar a su barbilla y caer, fue entonces cuando se dió cuenta y se limpió rápidamente el rostro con sus manos. Rawraq la observaba en silencio desde su hombro.

—No me mires así —murmuró ella, viéndolo se reojo—. A veces desearía no tener sentimientos —susurró antes de girarse.

—¡Lucy! —gritó Fred, apareciendo de la nada y pasando su brazo por el hombro de Lucy—. Mi hermosa prima... —se quedó callado al ver los ojos rojos y cristalizados de Lucy—. ¿Estabas llorando?

—¿Quién estaba llorando? —preguntó George, llegando de la nada y deteniéndose al ver lo mismo que Fred.

Lucy se soltó del agarre de Fred y los observó como siempre.

—No —respondió con voz segura.

—Amm... —murmuró George, intercambiando miradas con Fred—. Le haremos una fiesta sorpresa a Harry, ya sabes, por atrapar el huevo y pasar la primera prueba.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora