c a t o r c e

4.2K 682 127
                                    

Apenas se oían los livianos pasos de Agust sobre la vegetación del bosque de las afueras. Resignado, y sin dejar de blasfemar entre dientes, el vampiro tuvo que esperar a que cayera la noche para caminar hasta el bosque, a kilómetros de distancia, y, con suerte, poder encontrar, entre la oscuridad, la chaqueta que Charlotte había olvidado en medio del claro. Agust protestó por enésima vez al pisar una rama. Crujió bajo su pie y el ruido espantó a un par de murciélagos, armado algo de revuelo en el tranquilo bosque.

Normalmente, el silencio era sinónimo de calma, pero Agust tenía la piel erizada; y eso sólo ocurría rara vez. Todos sus sentidos estaban alerta: esperaba oír algo, ver algo entre las desdibujadas siluetas de los árboles, oler algo fuera de lo común... Pero no había nada que despertara su instinto. Era un estado casi de ansiedad, como si su cuerpo estuviera preparándose para un peligro inexistente.

—Joder, —bufó, mirando al cielo encapotado. No pudo ver las estrellas. — no creo que esté haciendo esto... Todo por esa rubia idio-

Se tuvo que parar en seco al oír, a lo lejos, un par de voces masculinas. Sin pensárselo dos veces y haciendo gala de su habilidad para trepar -aunque Agust sintiera que cada músculo de su cuerpo se desgarraba-, subió a uno de los árboles del bosque. Para su sorpresa, las ramas no eran demasiado gruesas, así que tuvo que quedarse encaramado a la parte media del tronco, a una altura suficiente para que nadie supiera que estaba ahí. A los diez segundos, Agust ya se había dado cuenta de lo estúpida que había sido la idea.

Al menos consiguió salvarse de ser apuntado con una linterna que más bien parecía un foco de tamaño industrial. Una luz blanca iluminó el bosque casi por completo durante unos segundos, algo que permitió a Agust ver la chaqueta negra que Charlotte había perdido. El vampiro pudo visualizar en su cabeza, como si fueran diapositivas, el proceso por el que pasaría si aquellos dos hombres llegaban a encontrar la chaqueta antes que él: la verían llena de sangre, probablemente se asustarían, la llevarían a la policía y pronto descubrirían que la chaqueta pertenecía a un tal Agust. Así que, sin casi meditarlo, saltó del árbol y corrió hacia la zona donde estaba la prenda, en el suelo.

Las leyendas de los vampiros siempre habían hecho reír a Agust. Normalmente no eran más que eso, leyendas, mitos o cuentos en los que sus características se presentaban de forma exagerada, pero otras veces no estaban tan lejos de la realidad. Todo el mundo sabía que los vampiros, por norma general, eran rápidos y silenciosos. Y Agust no se escapaba de la norma.

En cuestión de segundos, fue capaz de alcanzar la chaqueta. Sus pasos, tan ágiles como los de un guepardo, apenas pudieron ser seguidos por la linterna que sujetaban aquellos hombres... Sí, apenas, porque Agust estuvo a punto de ser descubierto. Tuvo que agazaparse detrás de una roca.

—¿Has oído eso?

Agust intentó encontrar una escapatoria, pero enseguida se vio rodeado por la luz blanca. Si corría hacia delante, los hombres le verían, aunque fuera difícil de alcanzar; si se abalanzaba sobre uno de los hombres, el otro podría ver su rostro y su cabello rubio perfectamente. Optó por quedarse acuclillado tras la roca, esperando a que los hombres no le vieran.

Había momentos en los que Agust deseaba ser como aquellos vampiros de las leyendas y convertirse en murciélago.

—Espero que no sea un lobo... — dijo uno de los hombres, mofándose. Agust pudo notar el olor de la pólvora, así que seguramente aquellos sujetos iban armados. El vampiro supuso que serían guardas, quizá policías. 

—¿Seguro que Brad no estaba en el cambio de turno? — comentó el otro hombre, con una voz mucho más ronca.

— Qué va. Siempre suele estar en la cabaña, pero... — tal y como Agust había sospechado, eran dos guardabosques buscando a su compañero. Poco a poco se fueron acercando a la roca. Menos mal que el vampiro no superaba el metro setenta y cinco. De lo contrario, hubiera sido mucho más difícil acurrucarse contra la fría piedra. — hoy no ha aparecido. 

A+ Type » Namjoon, Suga; BTSWhere stories live. Discover now