Día 3 - Luz de luna

1K 98 51
                                    



Fictober  día 3: 

Luz de Luna

Autor: Dayan Walker

.

.

.

El Aroma de las Peonías

Me descubrirás en el pardo de tu mirada

Emerge un suspiro quedo, podría significar el fin de la infinita paciencia que compone eternamente la esencia de Jin Guangyao; pero no. Ese suspiro, es el suspiro de alguien que está acostumbrado a lidiar con escenas extrañas cada día.

Al menos, así ha resultado hace una temporada.

—Estás borracho, Er-Ge —murmura Jin Guangyao, quizás, siendo la décima vez que lo menciona.

Esboza una sonrisa, es una mueca tan usual, llena de sutileza, confunde a Jin Guangyao porque no hay un indicio en el semblante de Lan Xichen que le indique su profundo estado de ebriedad. Sin embargo, tiene que contemplar un poco hacia la derecha, tras sus oscuras hebras. Si Jin Guangyao estrecha sus ojos ámbar y se concentra en observar la nívea piel de su oreja, entonces hallará un suave arrebol.

Es la única forma de saber que Lan Xichen está borracho.

—Er-Ge... —vuelve a llamar, su voz es baja, pero insistente.

Por respuesta, Lan Xichen se lleva a sus labios la pequeña copa de porcelana blanco nácar e ingiere el resto del líquido en esta. Jin Guangyao lo contempla, viendo cómo la nuez de su cuello asciende cuando el licor surca por su garganta. Traga saliva, aprieta los labios y desvía la mirada, sintiendo que ha presenciado algo indebido.

¿Qué podría hallarse de vedado en aquella acción? Sólo está bebiendo... Está bebiendo. Eso intenta repetirse en sus oscuras elucubraciones.

—Ahora A-Yao está borracho —dice Lan Xichen. Jin Guangyao lo observa una vez más, luego de poner en pausa sus pensamientos contrariados, encontrando en su expresión, una mirada suave y una sonrisa tenue.

Ha estado contemplándole, de alguna forma, eso es una certeza. Aquellos pardos, casi cobrizos, brillan. Como vino cristalizado, resplandecen. Parece que la tierra ha decidido volverse líquida y no es más que una suave mirada llena de tantas emociones contenidas que amenaza con derramarse. Jin Guangyao traga saliva una vez más, le duele la garganta, la percibe seca de repente.

Parpadea lentamente, alejando la imagen de Lan Xichen, esa efigie que parece haberse grabado a fuego en su mente, y esboza una suave sonrisa, correspondiendo la contraria.

—Vamos, Er-Ge, no digas tonterías. Te llevaré a que tomes algo de aire fresco en el jardín —habla de nuevo, incorporándose con lentitud del cojín ambarino.

Camina, rodeando la mesa donde yacía sentado frente a Lan Xichen y llega hasta él, posándose a su costado. Extiende ambos brazos, sujetando los contrarios, halándolo hacia su persona para que se incorpore. Logra su cometido unos cuantos minutos después. Ahora, con un Lan Xichen adherido a su cuerpo, con su brazo rodeando su cuello, camina, tambaleante, por los largos pasillos de la Torre Koi.

Jin Guangyao suele andar a paso lento, no se requiere de gran conocimiento para ejercer el noble arte de caminar pausado, pero preciso. Sin embargo, con Lan Xichen casi cubriendo su cuerpo por completo, Jin Guangyao debe dejar el arte a un lado en pos de evitar que Lan Xichen caiga con estrepitosa vergüenza al suelo, seguramente llevándolo a él en el acto.

Fictober XiYaoWhere stories live. Discover now