Día 15 - Pijama

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Fictober día 15

Pijama

Autor: Dayan Walker

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Advertencia: R18 Soft - Lactancia. Leve somnofilia.


El sonido de un "pop" quebranta la quietud del pabellón. Al instante, unos balbuceos ininteligibles le siguen al segundo, emerge de un bulto envuelto en tela blanca que yace en sus brazos. Jin Guangyao inclina la cabeza un poco hacia adelante, notando lo primero que lo saluda: una sonrisa grande sin dientes, más unos ojos brillantes de color pardo.

Esboza una sonrisa, parece que la otra se amplía un poco más. Podría decirse que es casi parecida, sólo que, en las comisuras, se asemeja más a la de su otro padre.

Unas manos pequeñas se alzan acuñando la barbilla. Jin Guangyao agranda la sonrisa en los bordes.

—¿Ya te saciaste?

El balbuceo ininteligible se eleva unas cuantas notas. Jin Guangyao decide acercar sus pequeños labios al pezón rosáceo aún hinchado y goteante de leche materna, pero pronto Rusong gorgojea, girando la cabeza, emitiendo un sonido berrinchudo. Pues sí, ya está saciado. Con lentitud, oculta aquella sección de su torso con el pijama de seda que hasta ese momento tuvo a la altura de sus antebrazos.

Debidamente adecentado, Jin Guangyao comienza a removerse en su asiento sobre el cojín que yace frente al ventanal de su pabellón privado. La brisa fría oscila lenta, parsimoniosa, emitiendo silbidos suaves, nocturnos. La luna se alza con brío en el firmamento añil sin estrellas, otorgándole un fulgor que ilumina su recinto en tenues rayos ambarinos.

La linterna blanca a su costado derecho ubicada justo sobre la pared, crepita, moribunda, anunciando los últimos vestigios de su poder. Eso le indica a Jin Guangyao que el Si Shi ya está a punto de culminar y esa es la segunda comida de la noche que Rusong ingiere. Una vez que se duerma, sabe que no lo despertará en al menos unas cuatro horas.

Rusong emite un bostezo quedo, comenzando a balbucear con suavidad. Los ojos pardos brillan, apagándose con lentitud, sus párpados revoloteando al compás con suavidad y sus puños juntándose a la altura de su pequeño pecho. Cierra los ojos, inclinándose en el recoveco de su torso, y enterrando su rostro adormecido, buscando la calidez del hombre que lo procreó.

Para terminar de dormirlo, Jin Guangyao comienza a tararear con suavidad una dulce tonada, cuando atiende cómo la puerta tras él se desliza hasta abrirse ejecutándose la misma acción al segundo, cerrándose en un siseo manso.

Sabe quién es la persona, la única persona que tiene permitido ingresar a sus pabellones a altas horas de la noche.

—A-Yao —susurra su esposo, Lan Xichen.

Jin Guangyao no responde, continúa entonando la dulce melodía para dormir a su hijo que aún sigue parpadeando, tenue. Percibe a Lan Xichen caminando con cuidado tras él, hasta llegar a su espalda donde se hinca sobre sus rodillas, conectando su torso y pasando su mentón por uno de los costados de su rostro, dejándolo reposar en el recoveco de este, aprovechando de contemplar lo que tiene atrapado entre sus brazos.

—No me canso de verlo —continúa susurrando, maravillado—. Se parece tanto a ti.

Esboza una suave sonrisa, aún contemplando el semblante ya dormido de Rusong.

Fictober XiYaoWhere stories live. Discover now