Prólogo

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Primavera resentida, crujiente y marchitada. Serpiente que se retuerce en sus entrañas hechas cenizas cuando lo ajeno se volvió anhelo, y el anhelo envenenó su ser.

—Acabas de decir que te consideras un envidioso, tóxico y maligno.

Ladeó la cabeza y lo contempló con aire compasivo, incluso hasta paternal.  Preguntándose mentalmente cómo una criatura tan hermosa podría estar lleno de odio hacia sí mismo y todo a su alrededor.

—Así es ¿Está mal disfrutarlo? No sé para usted doctor Kim, pero para mí no hay nada mejor que ser el villano de mi propia historia.

—Le he dicho que no suba el pie en mi escritorio. Mejor acuéstese en el sofá y...

—¡Oh! ¿Ya está listo para aceptar mi propuesta de follarme en su oficina?

¿Cuantas veces se había imaginado tocando ese blanquecino cuerpo, besando sus pronunciados labios al tiempo que tiraba de sus cabellos? ¿Cuánto tiempo podría aguantar ese hombre para no dejarse llevar por las insinuaciones de un inmaduro tan sexy como Park Jimin? Namjoon lo miró negando con la cabeza mientras se humectaba el labio inferior con seriedad.

El rubio sonrió con descaro cuando se puso en pie moviendo las caderas en su corto camino a tirarse en el sofá donde se desabotonó la camisa

—Ya estoy listo doctorcito.

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