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Jimin se puso en pie palpitante, con el pecho bombeando sensaciones a punto de explotar después de ese beso. Culpó a la súbita aparición de su hermano. El hombre de cabellos plateados lo observaba tan preocupado que sintió la necesidad de abrazarlo, gesto que retuvo contuvo.

—Necesito encontrar a mi hermano ¿Dónde está tu amigo? —Jimin finalmente articuló palabra perdiéndose en la mirada de Namjoon.

Confuso, el más alto se encogió de hombros ¿Acaso a Jimin ese beso no lo había sacudido de la misma manera que a él? Sí, lo notó en como se pasaba la mano por los labios mientras aun buscaba por los alrededores. Era un pecado, incluso una falta de respeto desear al dueño de esos labios a los que quería volver a lanzarse. Miró a la pantalla de su celular con el creciente remordimiento que lo azotó sin medidas. Mensajes y llamadas ignoradas que serían la raíz de otra pelea. Se recordó a sí mismo el por qué no debía repetir ese tipo de cosas ni frecuentar lugares de esa calaña.

—Que tengas una excelente noche—esperó una reacción del joven que solo asintió ladinamente alejándose—Yo debo estar loco. —Salió frenético pasando a Jimin, el de aroma de ambos los volvió a golpear.

—¡Oye! ¿Te irás así sin más? —Vaciló el rubio recriminándose mentalmente porque estaba mendigando besos a un desconocido.

Namjoon volteó odiándose, se humectó los labios contemplando a aquel pequeño con anhelante expresión. Incluso diría que inocente ¿Quién diablos le dio tanto poder a su llamado en aquel instante? Regresó en sus pasos con el mismo frenetismo con el que se retiraba y embistió a besar al más bajo fogosamente. Ambos juraban que esa era la despedida.

—Debo irme—se separó Namjoon depositando un último beso en los labios del rubio—Gracias por esta noche, de verdad fue divertida.

—¿Regresarás? —Casi suplicaba con sus manos entrelazadas a las del hombre del que ni siquiera sabía el nombre.

Regresar era lo primero que jamás Namjoon haría. No se iba a arriesgar a convertirse en un regular en ese lugar a pesar de que no dudaría en ir a buscar a ese chico que encendió sensaciones nuevas en él.

—Tal vez...

Jimin rió con ironía ante esas palabras.

—Tal vez, quizás, algún día. Son palabras que equivalen a nunca. Mira mejor retírate, yo aún tengo que sacar a mi hermano de las fauces de tu amigo.

No era nada nuevo para Jimin que Jeon Jungkook era uno de los más deseados en New York House. Siendo el favorito de Angel, quien no dejaba títere sin cabeza cuando se trataba de los jóvenes clientes. Bien había escuchado que el tipo tenía buen falo y un cuerpo para morirse. Aunque conociendo a su hermano, probablemente estarían en una discusión.

—Fue un placer servirte esta noche señor... —Alzó las cejas esperando al menos un nombre falso.

—Kim. Sin más preámbulo me marcho.

Lo vio alejarse con su espalda ancha y su cuerpo esbelto. Suspiró como un tonto adolescente recorriendo sus labios con los dedos, recordando los besos que acaba de recibir de ese peligris encantador.

...

Dicen que se necesitan la persona, el tiempo y lugar correcto para que el sentimiento egoísta y codiciado por todos quede prendido de ti, pero ¿Quién asegura los tres antes mencionados? En esta era donde la gente solo vive para complacerse, una noche y ya—Yo no quiero ser usado una noche y ya, yo no soy Jimin—gritó en su mente Taehyung. Inclusive, qué hacía él pensando en encontrar el amor en un lugarcillo de baja calidad como aquel.

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