Décimo capítulo

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AVISO: Hola a todos, primero que nada les quiero agradecer por seguir leyendo mi historia... La verdad hago lo que puedo, y que a ustedes les guste, me motiva a seguir. Pues bueno, en este capítulo hablaré un poco más de Andrew y de su forma de pensar, basándome sobre todo en los pensamientos de él hacía Taylor, entre otras cosas. Espero les guste porque ya casi acaba la historia ah sí y no subiré capítulos muy seguido últimamente porque estoy en semana de exámenes espero entiendan, gracias.

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*Narra Andrew*

Eran recuerdos nublados, todo parecía estar bien pero de un momento a otro todo se volvió frío y surgió un cambio drástico. Desde que tengo uso de razón siempre fuí un chico bastante tímido, cuando era niño no era tan frío pero a partir de lo de mis padres todo cambio completamente para peor. 

Luego de la muerte de mis padres, empecé a vivir con mi tía. Que la verdad era un estrés constante y era como si viviera sólo, porque igualmente a ella nunca le podría importar igual a como le importaba a mis padres y no la culpo pues tiene su vida aparte, y no puede estar siempre pendiente de mi. 

Empecé a crecer y comence a ver la vida de una manera... uhm ¿cómo decirlo? ¿distinta? algo así. Empecé a perderle sentido a las cosas que realmente me apasionaban, y empecé a volverme frío sin nisiquiera darme cuenta. Todos reían en sus grupos pero yo siempre estaba a un lado, intentando sonreír para que nadie notase lo que realmente me pasaba, pero sólo eran sonrisas falsas, sonrisas que nunca funcionaban pues de todas maneras dentro sentía ese dolor y ese vacío que habían dejado mis padres. Recuerdo haber tenido un amigo... se llamaba Antony, él realmente era bueno conmigo, era igual de solitario y guardaba en su corazón muchas cosas que según él sólo me había contado a mi, se podría decir que eramos ¿mejores amigos? Fue así durante 2 años, muchas risas y en ese poco tiempo pude olvidar un poco el vacío de mis padres y reír realmente después de tanto tiempo, hasta que un día recibí una noticia. Él se había suicidado.

Me sentí pésimo al no haberme dado cuenta antes, de todo lo que pasaba, de cómo sus padres le trataban y como su vida era triste y vacía. ¿Cómo es que no pude reconocer esa sonrisa falsa? O quizá la reconocía de vez en cuando, pero no podía hacer nada para convertir esa sonrisa falsa en una sonrisa verdadera, porque yo sufría el mismo problema.

Después de la muerte de Antony, creo que empezó mi cambio drástico, ese cambio que me hacía pensar que no me podía apegar a nadie porque todo lo que amaba en esta vida, tarde o temprano iba a morir. Y entonces pensé que las personas que amas son como las flores, tenemos que dejarlas ser... no podemos arrancarlas, porque sería arrancarles su belleza. Por lo tanto, no podemos apegarnos a las personas y pretender que estén a nuestro lado, pues su belleza está en la libertad de su ser y eso implica que cuando sea el momento, dejarlas ir. Podemos apreciarlas durante un largo tiempo, intentando evaluar toda la belleza que hay en ellas, la diversidad de sus colores, y como cambian en diferentes épocas del año. Pero no podemos arrancarlas.

Desde pequeño me encantó leer, la música, y toda la diversidad del arte que el hombre pueda imaginar. Pero lo veía con una perspectiva distinta, algo más allá... para mi desde pequeño el arte era ver la lluvia al caer a la ventana, escuchar una canción que te haga erizar la piel, leer algo que te llegue al alma, hacer algo que te haga subir la adrenalina. Todo es arte si lo vemos desde una perspectiva bonita. Amaba los relatos de terror, y me gustaban también los vídeo juegos. Y por todo este tipo de cosas, siempre fuí catalogado como el niño "raro" y a veces me hacían bullying.

No salía demasiado, así que eso me daba mucho tiempo para pensar. Por lo tanto, mientras mi mente se volvía ruidosa, mi boca se volvía callada... sólo hablaba lo necesario, pero en mi mente pasaban demasiadas palabras y pensamientos. Por alguna extraña razón, así como mi amigo Antony, tengo pensamientos suicidas por una razón que desconozco, he pensado varias veces en la muerte y en la belleza que podría llegar a tener... y estuve a punto de intentar un suicidio después de todas las criticas y cosas que ya me tenían harto, pero cuando estaba más mal... llego ella.

Sí, Taylor. Esa chica con ojos infinitos y sonrisa auténtica, calmada, serena, pero de vez en cuando tan estruendosa, así como la lluvia. Cuando la vi por primera vez supe que era muy bonita así que empezamos a hablar. Por dentro al verla siento emociones distintas, me parece tan preciosa pero no soy capaz de decirle lo que veo de ella, y que ella nunca verá. Sólo reprimo sentimientos y trato de mostrarme frío, pero creo que a veces con ella no funciona, porque siempre había sido frío pero con ella debo intentar ser frío. ¿Qué me pasa? Nunca antes una chica me había hecho sentir esto, nunca había intentado tener que actuar frío para evitar mostrar lo que siento. ¿Es que a caso no siento algo normal por ella? Qué rayos.

Pero... debo de decirle lo que siento, debo de expresar completamente mis sentimientos hacía ella. Pero no he podido encontrar una manera, no he podido mostrarle lo que siento, porque simplemente no he tenido la oportunidad. O quizá, soy un cobarde que no soy capaz, además dudo que se llegará a fijar en mi y me verá demasiado raro que alguien como yo se le declare. Nisiquiera sé si tiene novio... en fin, creo que es mejor que siga mi vida sin ella.

*TIRIRI TIRIR* *TIRIRI*

Joder, el celular. 

(TAYLOR)

Inmediatamente me pongo nervioso, pero trato de aparentar.

- ¿Taylor?

- Andrew... 

- Taylor, se escucha entrecortado. ¿Qué te sucede?

- Mi madre... 

Se sienten los sollozos y incluso puedo percibir el dolor sólo con oír su voz.

- ¿Qué pasa con tu madre?

- Joder, Andrew... ha... ha muerto...

- ¿QUÉ?

- Ha muerto... ven, porfavor, no aguanto más. ¡VEN!

*CUELGA*

Está tarde, pero... por ella no me importaría ir, y creo que le diré lo que siento.

El espejo malditoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang