Capítulo 8 : Esperanza

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Miguel

Cuando terminamos de cenar, fuimos al salón y empezamos a conversar. La conversación en sí no era demasiado interesante. Era como si intentásemos evitar un tema del que no queriamos hablar. Hasta que decidí romper el hielo.

—Diego, ¿a qué te referías con que no sabía que ha pasado? 

—¿Te refieres a cuando me dijiste lo de Lidia?

—Sí...

—Ella me besó, no sé por qué, es decir a veces he estado con ella pero nada serio. Que me besará en ese instante me pilló de improvisto. ¿Por qué lo preguntas? — elevó las cejas entornando una mirada astuta.

—Eh... por nada en especial.

—No será que... ¿estás celoso?

—¡Por supuesto que no! yo no soy homosexual, aparte,no me gustas— cuando terminé la frase, se levantó y caminó hacia mí, se puso encima mía poniendome los brazos detrás de la cabeza. Parecía furioso pero luego, relajo el rostro y me susurró al oído. 

—¿Estás seguro de eso?

—Yo...— no podía ni siquiera hablar, incluso me ruboricé. Mientras, él sonreía de forma ladina, idiota...

Afortunadamente, unos pasos en el pasillo hicieron que se separase, era un hombre mayor, con traje de chaqueta, supongo que sería el mayordomo. El supuesto mayordomo siguió caminando por el pasillo sin pasarse por el salón. Aún así me alegro de que cortara esta escena... no sé si hubiese podido aguantar más en esa postura.

—Creo que me iré a dormir... ¿dónde dormiré?

—¿Ya quieres dormir? bueno... te diría que en el dormitorio de invitados pero los están remodelando, así que el único cuarto disponible es el mío.

—Puedo dormir en el sofá— ni de coña me iba a quedar durmiendo en su cama.

—Ni hablar, ningún invitado mío dormirá en el sofá, mi cama es grande y cabemos los dos. Total, ambos somos chicos no importa ¿no?

—Supongo que no...

—Genial, pues vamos.

Salimos del salón y subimos las escaleras en dirección a su cuarto. ¿Cómo iba a dormir con el chico que me gusta? sabía que era una mala idea quedarme en su casa... aunque bueno lo que pasó en el salón fue raro. Debería aprovechar que no está Lidia para pensar una estrategia y atacar.

Cuando entramos en su cuarto, destapó la cama y encendió la lampara que estaba situada en la mesita de noche. Luego cerró la puerta, me sentía como una presa encerrada en su jaula.

—¿Duermes con la puerta cerrada?

—Sí, ¿algún problema?

—Supongo que no...

—Mejor, te noto un poco tenso desde hace rato... quizás dormir te venga bien. Ah, y que sepas que no voy a olvidar lo que ha pasado en el salón. Mañana hablaremos de eso.

Dicho eso se metió en la cama y me dió la espalda. Tragué saliva y entré en la cama. No sé qué es lo que me pone más nervioso, si el hecho de estar con él en su cama o que mañana hablaremos de lo que ha pasado...

Todo lo que había pasado me tenía confuso. Ni siquiera podía dormir, si era heterosexual ¿por qué hizo eso? ¿está jugando conmigo?

—Miguel ¿estás despierto?

Decidí hacerme el dormido, no tenía ganas de hablar. De repente, sentí como dos brazos me rodeaban la cintura y Diego se pegaba a mi cuerpo. Evité estremecerme o se daría cuenta de que estaba despierto...

If only (yaoi/gay)Where stories live. Discover now