- Mimado

3.3K 128 4
                                    

— Tu puedes superar esto... -dijo Natasha abrazando a Marina- 

— Cuando por fin me he vuelto a enamorar pasa está mierda, joder! -dijo Marina llorando-

— El nunca querría verte así, tenlo por seguro, tienes que ser fuerte -dijo la pelinegra mirando a Marina-

— No sé si podré -soltó Marina-

— ¿A que te refieres? -dijo Natasha alarmada-

— A nada... Ahora vamos a clases, Martín nos va a regañar -dijo Marina levantándose-

(...)

Christian se veía triste, desde la muerte de Nano no era el mismo, estaba hablando con el, me contaba de sus anécdotas con Nano, jamás lo había visto tan sentimental, luego de un rato me levanté porque ya era hora de irnos y ahí estaba mi hermoso novio con cara de "Te voy a matar".

— ¿Que hacías con Christian? -preguntó Guzmán, y aquí vamos de nuevo-

— Hombre, el chico está triste, fuí a consolarlo
-dije obvia-

— No quiero verte con el -dijo firme-

— ¿Perdón?

— Así como lo oyes

— Eres un maldito controlador Guzmán, puedes irte muy a la mierda! -dije para luego bajar las escaleras rápido y subir a mi carro-

Al llegar a mi casa me quité los zapatos, mis padres se han ido de nuevo y aquí estoy sola como siempre en esta casa.

Almorcé y luego me di una ducha, me preparé para salir, quería ir a la playa y relajarme ahí, pensar y tener tiempo a solas.

Cuando estuve lista tomé mi teléfono y salí, encendí mi auto y manejé muy muy lejos hasta llegar a la playa, tenía 14 llamadas perdidas de Guzmán, pero me da igual, por mi que lo follen, ¿Quién se cree para decirme con quién puedo o no hablar?

(...)

De vuelta en casa por fin, la noche estaba tan callada y yo no tenía sueño, no quería ir de fiesta a ningún lado.

El miércoles termina nuestro penúltimo curso en la escuela y han pasado tantas cosas, no podía creer que ya era noviembre y todo lo que había pasado en mi vida...

Entré a mi cuarto y vi un gran oso de peluche, era un oso café con el típico corazón en el pecho que dice "Te amo", junto a él una pequeña tarjeta y una cajita.

"Perdón por tratarte así, de verdad me arrepiento. Espero que mañana si estés en casa para hablar, te amo, espero te guste.
Con amor Guzmán."

Sonreí al ver el oso, abrí la caja y era una pulsera de oro con un corazón de diamante, era hermosa, inmediatamente me la puse y abracé el oso porque era lo único que tenía, en pocos minutos caí en sueño.

(...)

— Hey despierta -esa voz la reconocía-

— ¿Mmm? -dije adormecida mientras abrazaba más a el oso-

— Veo que te gustó el regalo -dijo Guzmán, podía jurar que estaba sonriendo- Anda a desayunar dormilona

— ¿Cocinaste? -pregunté levantándome-

— Si, ve a probar -dijo Guzmán-

— Primero tengo que bañarme -dije sentándome en la cama-

— ¿Te ayudo?

— Si, pero no te ilusiones, ya sabes que me duele un poco la costilla -dije-

— Entonces vamos a bañar a la bebé

Me hice un 'tomate' en el cabello, y luego me quité el vestido de ayer quedando en ropa interior mientras Guzmán se quedaba mirando, luego entré al baño y lo llamé.

— ¿Te vas a bañar con ropa interior?
-dijo reclamando-

— Pues obvio

— No hay nada que no haya visto

— No es lo mismo

(...)

Luego de una larga ducha con Guzmán nos cambiamos y bajamos a desayunar, Guzmán había preparado pancakes con Nutella y yogur.

— Más te vale que sepan bien -le dije a punto de meterme un pedazo de pancake a la boca-

— ¿Y si no están buenos que?

— Descalificas en la lista de opciones para ser mi futuro esposo -dije riendo-

— ¿Te casarías conmigo algún día? -preguntó sonriendo-

— No lo sé

— Que mala que eres -dijo haciéndose el indignado-

Probé los pancakes y estaban muy buenos la verdad, al final terminamos comiendo los dos del mismo desayuno.

— ¿Que hacemos ahora? -preguntó Guzmán en el sillón-

— No lo sé, ¿Que dices tú? -dije sentándome en sus piernas quedando mientras mis piernas quedaban a sus costados-

— ¿Pasar toda la mañana abrazados?
-dijo mirándome-

— Pero que mimado andas -dije sonriendo-

El puso su cabeza en mi pecho mientras yo daba pequeñas caricias sobre su cabello que ya empezaba a lucir largo nuevamente y así estuvimos toda esa mañana, entre besos y caricias, y yo realmente amaba ese lado de el.

Élite - La Nueva. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora