𝒔𝒊𝒙

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( ☆

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑆𝐼𝑋 )
𝚛𝚎𝚏𝚞𝚐𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝚖𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛𝚊𝚜.

Solo unos segundos después, Alaska abría los ojos para ver qué se encontraban en medio de una tristona y familiar plaza. Casas altas y ruinosas, los miraban desde todos los lados. El número doce era visible para ellos, puesto que se les había revelado su existencia, y se encaminaron inmediatamente hacia él, comprobando a cada metro que no les seguía nadie.

Subieron los peldaños de piedra, y Harry golpeó la puerta principal una vez con su varita mágica. Escucharon una serie de clics metálicos y el ruido de una cadena, luego la puerta se abrió con un chirrido y se apresuraron a atravesar el umbral. Cuando Harry cerró la puerta tras ellos, las lámparas de gas volvieron a la vida, lanzando una luz parpadeante a lo largo de todo el pasillo.

Había estado allí solo una vez, pero se veía exactamente como la recordaba: vieja y tenebrosa, con las filas de cabezas de elfos en la pared lanzando sombras extrañas escaleras arriba. Lo único que estaba fuera de lugar era el paragüero con forma de pierna de troll, que estaba tendido de lado como si alguien acabara de chocar con él.

—Creo que alguien ha estado aquí. —Cuchicheó Hermione, señalándolo con el dedo.

—Eso podía haber ocurrido cuando la orden partió. —Murmuró Ron en respuesta.

—¿Pero dónde están los sortilegios que pusieron contra Snape y...? —Harry se cayó de forma abrupta, recordando que Alaska se encontraba con ellos—. Bueno, no podemos quedarnos aquí para siempre.

Los sortilegios se activaron en cuanto dio un paso adelante.

—¿Severus Snape? —Susurró la voz de Ojoloco Moody en la oscuridad, haciendo que saltaran hacia atrás.

—¡No somos Snape! —Gruñó Harry.

—¿Alaska Ryddle?

Esta vez no les dio tiempo de contestar, su lengua se enrolló sobre sí misma, haciéndole imposible hablar. Antes de que tuviera tiempo de sentirla dentro de su boca, sin embargo, su lengua se había desenrollado otra vez.

A su lado, Harry mostraba una mueca de asco y confusión, Ron estaba haciendo ruidos de vómito y Hermione dijo tartamudeando:

—¡Esto debe haber sido el Sortilegio de Lengua Atada que preparó Ojoloco!

—Estamos perdiendo tiempo... —Se quejó Alaska.

Pasó junto a Harry y se adelantó. Entonces, algo se desplazó entre las sombras al fondo del vestíbulo, y antes de que ninguno de ellos pudiera decir una palabra, una figura se alzó de la alfombra, alta, de color polvo, y terrible; Hermione gritó y lo mismo hizo la Señora Black desde su retrato; la figura gris planeó hacia ellos, más y más rápido, el pelo, que le llegaba hasta la cintura, flotando tras ella, la cara hundida, sin carne, con las cuencas de los ojos vacías: horriblemente familiar, terriblemente alterada, levantó un brazo descarnado, señalando a Alaska.

en tiempos de guerra ⁷ ━━ harry potter sagaWhere stories live. Discover now