⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 7 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil.
El asesinato de Dumbledore dio comienzo oficial a la segunda guerra mágica, las muertes y el miedo iban en aumento en todo el mundo ante la gran amenaza que impli...
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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝐸𝑁 ) 𝚝𝚒𝚎𝚖𝚙𝚘 𝚙𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚘.
Alaska abrió los ojos y quedó paralizada mientras yacía en lo que parecían ser hojas y ramitas. Intentaba llevar aire a sus pulmones, recuperar por completo el control de su respiración. No entendía que había ocurrido con exactitud, se encontraba en un lugar desconocido y no escuchaba nada a su alrededor, aunque podía deberse a la adrenalina.
Se apoyó en las manos y se puso de rodillas, observando alrededor identificó árboles jóvenes, había espacios amplios y el terreno era claro. Escuchó gruñidos bajos, cerca de ella se encontró con Hermione y Harry, también apoyados sobre las manos y rodillas, junto a la cabeza de Ron. Se puso en pie al no poder distinguir que era lo que ocurría; en el momento que sus ojos se posaron sobre Ron, sintió nauseas.
La sangre empapaba por completo el lateral izquierdo de Ron y su cara de color blanco grisáceo, destacaba sobre el suelo lleno de hojas. Alaska sintió todo su interior revolverse con desagrado cuando que en el antebrazo le faltaba un gran pedazo de carne, como si hubiera sido sacado limpiamente con un cuchillo.
La sangrienta escena le recordó el momento en el que Draco fue herido por una maldición el año anterior, el chico estaba en una situación similar, casi inconsciente por toda la sangre que había perdido. Las imágenes de aquel incidente llenaron su mente, haciéndola temblar y sentir una intensa nausea.
Con una mano sobre su boca, trató de contener las arcadas mientras retrocedía, buscando alejarse mientras los escuchaba hablar.
—Se ha desmayado —Decía Hermione, que también estaba bastante pálida.
Detrás de ella, Hermione vertió tres gotas de una poción en la herida que sangraba. Un humo verdoso se elevó hacia arriba y cuando se aclaró, la sangre había dejado de manar. Ahora la herida parecía que tuviera varios días; una piel nueva se estiraba sobre lo que un momento antes había estado en carne viva.
—Es todo lo que me siento segura de hacer —Dijo Hermione temblorosa—. Hay hechizos que lo curarían completamente, pero no me atrevo a intentarlos por si acaso me salgan mal y cause más daño… Ya ha perdido tanta sangre…
—¿Por qué estamos aquí? Creía que íbamos a volver a Grimmauld Place.
Hermione inspiró profundamente. Cuando Alaska volvió junto a ellos vio que la chica parecía estar al borde de las lágrimas.
—Harry, no creo que vayamos a poder volver allí.
—¿Qué estás…?
—Cuando desaparecimos, Yaxley me agarró y no pude deshacerme de él, era demasiado fuerte, y todavía estaba sujeto cuando llegamos a Grimmauld Place. Y entonces... bueno, creo que debió haber visto la puerta y pensar que parábamos ahí, así que aflojó su agarre, conseguí apartarlo y nos traje aquí.
