Prefacio

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Mi consejo como escritora es que vuelvas a leer el epílogo de "Un nuevo camino" si ya hace tiempo que lo leíste

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Mi consejo como escritora es que vuelvas a leer el epílogo de "Un nuevo camino" si ya hace tiempo que lo leíste.
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—¿Qué cojones significa esto? —Nos interrumpe una voz a mis espaldas.

Salgo del trance y me separo bruscamente de Tyler, rompiendo el beso todavía entre jadeos.

—Cameron... —mi voz sale en un susurro tembloroso.

Él me observa muy serio desde el umbral de la puerta durante unos segundos. Poco a poco, su gesto se se va transformado hasta convertirse en una expresión de puro dolor que me avergüenza y me mata.

¡MIERDA!

¿Cómo es posible que haya permitido esto? ¿Cómo he podido ser tan estúpida?

¡Oh, Dios mío! Estoy metida en un gran problema.

—Escucha, Cameron... —comienzo a decir, pero mi voz delata que estoy temblando como una niña pequeña.

El pánico se cierne sobre mí como una losa pesada, imposible que quitármela de encima. No entiendo cómo me he podido llegar a ver envuelta en algo así.

—¿Lo estabas besando? —me interrumpe él, intercalando miradas afiladas entre Tyler y yo, mientras frunce el entrecejo y lo señala.

Es imposible no detectar la decepción en su tono de voz y eso eleva mi tensión por las nubes. Cameron me mira fijamente y con el rostro completamente crispado, esperando a que me explique, pero no soy capaz porque para mi desgracia no tengo una buena explicación, aunque me encantaría tenerla.

Siento como si mis cuerdas vocales hubiesen literalmente dejado de existir. Agacho la mirada al suelo y trato de dar mentalmente con las palabras adecuadas, pero no las encuentro. El corazón me late desbocado, tanto que tengo que llevar una de mis manos al pecho para intentar tranquilizarme un poco mientras armo una respuesta coherente:

—Yo... no... no... —Pero mi voz me abandona y Cameron se remueve nervioso.

—La he besado yo —interviene Tyler sorpresivamente, pasando un brazo por delante de mi cuerpo, como si tratase de protegerme de Cam.

El gesto me choca y me desconcierta un poco. Es evidente que Tyler no conoce a Cameron como lo conozco yo. Él jamás me haría nada malo, y lo único que ha hecho siempre ha sido ayudarme de la mejor forma posible, pero en este momento, ni eso consigue reducir la sensación de intranquilidad que se ha apoderado de mi alma. En este momento no es por mi por quien temo, sino por lo que pueda pasar entre ellos dos.

Cameron observa fugazmente el brazo de Tyler por delante de mi cuerpo y después eleva sus ojos en llamas. Su mandíbula se aprieta visiblemente hasta hacer resaltar ciertos huesos de sus mejillas.

—¿Por qué la cubres como si yo fuese a hacerle daño? —gruñe molesto.

—Pareces alterado —contesta Tyler a la defensiva, mientras permanece en la misma posición protectora.

Vuelve a mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora