11. Olivia - La noche no es cómo empieza, sino cómo termina I

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Esta noche hace fresco y un escalofrío recorre mi columna vertebral mientras pienso en lo que me depara la velada

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Esta noche hace fresco y un escalofrío recorre mi columna vertebral mientras pienso en lo que me depara la velada. Tiemblo con la idea de coincidir con Cameron y Tyler en la fiesta de presentación de los relojes Möss. De hecho, he intentado hacer todo lo posible para no amedrentarme y sentir la confianza necesaria como para acudir al evento con la cabeza bien alta. A fin de cuentas, no puedo controlarlo todo y debo estar ahí. Mi presencia es imprescindible, como responsable directa de la campaña de la línea urban.

Me bajo del taxi y Grace se encarga de pagarle al taxista. En cuanto estoy fuera del coche, mi mirada vuela directamente hacia a la puerta principal del recinto donde se celebrará la fiesta de esta noche. Hay una enorme alfombra roja que decora la entrada como si estuviésemos en la entrega de los Oscar. El personal de prensa se agolpa al otro lado de la cinta de seguridad y los flashes iluminan la oscura noche, mientras que sus objetivos tratan de inmortalizar a los famosos que van llegando en limusinas a la fiesta, vestidos con elegantes trajes de gala. A los ricos y famosos les encanta asistir a este tipo de fiestas y aparecer al día siguiente en todas las revistas importantes. Es una forma de estar siempre en el candelero.

Me aliso las lentejuelas doradas de mi falda extremadamente corta. Grace se ha encargado de vestirme para esta noche y me ha comprado un conjunto combinado de falda dorada muy corta con un corpiño negro de tirantes, cubierto por una transparencia de encaje negro. El conjunto es precioso y brillante, aunque a la falda le falta tela para mi gusto.

—Necesito una copa —murmuro para mí misma mientras me peino un poco el pelo con los dedos, tras haberme cortado las puntas esta mañana en la peluquería.

Grace rodea el coche del taxi y llega hasta mí con su exuberante vestido color verde esmeralda que contrasta enormemente con su cabellera rojiza. Parece una estrella de Hollywood.

—Ahí dentro vas a poder tomar todas las copas que quieras, aunque te aconsejo que vigiles la ingesta de alcohol esta noche. —Se inclina hacia delante y sonríe—. Creo que las dos sabemos que no es una buena idea beber cuando vas a compartir tiempo y espacio con dos hombres que te quitan el sentido.

Siento un repentino peso en el estómago.

—Gracias. ―Le dedico una mirada sarcástica―. Eso definitivamente me ha tranquilizado mucho más, Grace.

Mi amiga suelta una carcajada aguda y llena de diversión mientras coloca sus manos sobre mis hombros y me empuja hacia el edificio donde se celebra la fiesta.

—No seas tan dramática. A muchas mujeres les encantaría estar en tu situación.

Me obligo a reír sin gracia a la vez que avanzamos hacia la entrada principal.

—Créeme, les encanta la idea, pero la realidad es horrible. No tienen ni idea de lo que desean —digo mientras me froto la frente con un dedo.

Mi amiga me detiene agarrándome por un codo. Parpadeo y la miro sin entender.

—Bueno, ¿estás preparada? —me pregunta.

Vuelve a mi caminoWhere stories live. Discover now