20. Olivia - No somos dos simples amigos

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—¿Oli? —pregunta Cameron con la voz ronca por el sueño

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—¿Oli? —pregunta Cameron con la voz ronca por el sueño.

Se despierta con el cabello revuelto, hecho un maravilloso desastre, y con los ojos brillantes

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Se despierta con el cabello revuelto, hecho un maravilloso desastre, y con los ojos brillantes. La luz de la luna que se filtra por el balcón de su habitación le ilumina toda la cara de un cálido y suave tono azulado.

—Perdona, no quería despertarte —digo en voz baja.

Se frota los ojos mientras parece que regresa del mundo de los sueños.

—¿Qué haces aquí? ¿Qué pasa?

—Es que... —Carraspeo y aparto la vista avergonzada y sintiendo como me empiezan a arder las mejillas—. Es que el perro me ha robado las mantas, luego me ha gruñido, ha intentado morderme y...

—¿Y has pensado que la mejor opción era venir a meterte en mi cama? —inquiere, con as cejas levemente arqueadas.

Su demanda me pilla totalmente desprevenida y un violento silencio se abre paso entre los dos mientras busco las palabras adecuadas, pero solo alcanzo a tragar saliva y aceptar que ha sido una pésima idea. Me arde la cara.

—Tienes razón. —Suspiro, consciente de lo estúpida que he sido—. Dicho así suena horrible. Lo siento mucho.

Me doy la vuelta sobre la cama para levantarme y, entonces, siento como su mano rodea mi muñeca. Noto mi pulso disparado latiendo contra la yema de sus dedos, el suave calor que desprende su piel y, un repentino y traicionero recuerda me asalta cuando recreo mentalmente sus manos acariciando las mías.

—Has tardado demasiado en venir —susurra y tengo que contar hasta diez en mi cabeza para tranquilizar a mi corazón que se me ha subido de golpe a la garganta—. La cama es grande, así que, si a ti no te molesta, a mí tampoco. Puedes quedarte.

Nos miramos a los ojos al mismo tiempo. Como soy un poco lenta, tardo unos segundos en comprender que me ha dicho que puedo quedarme en su cama, así que vuelvo a tumbarme en el borde del colchón y apoyo mi cabeza sobre la esponjosa almohada que huele a su champú.

Vuelve a mi caminoWhere stories live. Discover now