16. Olivia - Haré que regrese

1.8K 248 429
                                    

Y entonces, mi mundo, que ya de por sí estaba agrietado, termina por hacerse añicos ante mis ojos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Y entonces, mi mundo, que ya de por sí estaba agrietado, termina por hacerse añicos ante mis ojos. Le miro fijamente y el silencio que le sigue a sus palabras se abre entre los dos como espacio infinito y abismal, casi terrorífico. Sus palabras no dejan de reproducirse en mi cabeza como un disco rayado y siento que el corazón se me sube de golpe a la garganta al comprender que no tengo una respuesta clara que ofrecerle.

No, no la tengo.

¿El único?

Yo no puedo decirle que él es el único, porque entonces no solo estaría mintiéndole, sino que también estaría mintiéndome a mí misma.

Y en ese mismo momento en el que observo sus ojos verdes atormentados, es cuando comprendo que me he subido en una montaña rusa sin ningún tipo de sistema de seguridad y que he estado a punto de caer al vacío.

Cerca, he estado muy cerca de estrellarme.

Me siento como Eva en el paraíso tentada por una manzana envenenada.

—Oli —susurra Tyler en un tono tan inmutable que no sé si está intentando captar mi atención o si simplemente intenta que le dé una respuesta. —¿Te encuentras bien?

Experimento unas gélidas punzadas de en el pecho y también el inicio de una sensación mareante que me hace encontrarme verdaderamente mal.

Parpadeo con fuerza y coloco mis manos sobre su pecho desnudo para apartarlo de encima de mí. Lo oigo suspirar, pero de inmediato Tyler reacciona y hace rodar su cuerpo a un lado de la cama. Se coloca a mi lado, tapa nuestros cuerpos desnudos con la sábana y se apoya sobre un codo en la almohada para mirarme.

—Oye, ¿qué pasa? —Me aparta un mechón de pelo de la cara.

Me mira y yo no sé qué decirle. Bueno, en realidad sí sé qué decirle, pero el problema es que no sé cómo decírselo sin ahondar más en las heridas que ya tenemos. Ese es mi maldito problema, que no digo las cosas por no hacer daño y al final todo se complica más.

—No... no pasa nada —miento clavando mis ojos en el techo blanco.

Me sudan las manos y siento que mi corazón se me va a salir del pecho. Tyler frunce el ceño contrariado por mi respuesta.

—Entonces, ¿por qué estás así?

Estoy tan asustada por lo que he estado a punto de hacer que las palabras casi no me salen. Me aterroriza pensar que hemos estado a nada de...

—Esto no está bien, Tyler —consigo decirle.

—¿El qué? —insiste.

Giro la cabeza y le miro a los ojos. Su mirada es serena, pero su expresión denota cierta preocupación.

—Esto —recalco señalándonos a ambos tumbados sobre mi cama—. Lo que hemos estado a punto de... —Me detengo, mordiéndome los labios.

—¿El qué? ¿Lo que hemos estado a punto de hacer? —concluye por mí.

Vuelve a mi caminoWhere stories live. Discover now