Capítulo 4: Aprendiendo Aire Control

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Kuttar seguía pensando en la historia de Mako, aún tenía preguntas en las que no era prudente indagar, mientras tanto tenía una noción de lo que había sucedido con el Avatar Korra, pero aún faltaban piezas por armar, era cuestión de tiempo para averiguar la verdad.

Durante los dos años de estadía en el Templo Aire de la Isla Jinora memorizó la rutina de Kuttar. Caminó hacia donde Mako y él solían entrenar, al llegar allí se encontraba el pequeño recién empezando con su rutina matutina

— Buenos días, joven Avatar. —saludó Jinora.

— Buenos días maestra. —devolvió el saludo.

— Hoy iniciaremos tu entrenamiento de una manera distinta, primero vamos a cambiar esa rutina. Vayamos a caminar hasta la cima del templo.

Caminaron hasta donde Jinora indicó, ahí se encontraban unos paneles de madera con el símbolo de la nación del aire estampados en ambas caras de las tablas; los tablados rectangulares estaban colocados de manera vertical de tal forma en que tuvieran el espacio suficiente para rotar.

— Todos los días vendrás aquí por la mañana, aquí podrás hacer tus estiramientos y calentar, habrá días en que Kai estará contigo, ambos tenemos labores que atender en la ciudad y en el mundo espiritual, también mis hijas estarán contigo y estarás con otros niños de tu edad entrenando.

— De acuerdo, ¿cuándo podré ir al mundo de los espíritus?

— Primero es necesario aprender los cuatro elementos, cuando estés listo yo misma te llevare a conocerlo. —dijo sonriendo al niño.

— Está bien. —contestó conmocionado.

— Normalmente empezamos a entrenar después del amanecer, por lo mientras empezaremos meditando un rato.

— Bien.

La mujer se sentó en la posición de loto. Le mostró al niño la manera adecuada de meditar, explicó que tenía que vaciar la mente; liberarse de todo y conectar con la energía que fluye a través de todos los seres vivientes y la energía que guardan los cuatro elementos. Cuando el niño se encontraba sumamente concentrado Jinora explicó la importancia del Avatar, el médium de ambos mundos, él tenía una energía inmensa, mitad humano mitad espíritu, un inmenso poder que debía aprender a controlar.

Una hora después el movimiento comenzó, los monjes comenzaron con sus actividades cotidianas dentro del templo, los pupilos se reunieron en donde Jinora y el niño se encontraban meditando, la mujer se levantó al igual que su aprendiz, los pequeños uniformados de tonos naranjas hicieron una reverencia en forma de saludo.

— Futuros maestros aire, hoy tendrán que cruzar entre estos paneles, tendrán que llegar hasta el otro lado sin chocar con ninguno de estos.

— Se oye fácil. —exclamó un niño de la multitud.

— Los paneles estarán en movimiento.

— Oh... —comentó el pequeño que recién había interrumpido.

— Mi hija Pema les mostrará.

Jinora creó una ráfaga de viento dirigida a los tablones, estos comenzaron a girar rápidamente, Pema se colocó delante de estos; empezó a moverse ágilmente por en medio, esquivando cada movimiento, los demás estaban absortos, miraban cautelosamente para copiar sus movimientos, cuando la adolescente pasó del otro lado produjo una ventolera que volvió a hacer que las tablas rotaran, Jinora hizo pasar a su otra hija Aiko, mientras esta pasaba la maestra explicó:

— El aire control se basa en movimientos en espiral al encontrar resistencia deben ser capaces de cambiar de dirección al instante.

— ¡¿Eso qué significa?! —gritó frenético el chiquillo que había interrumpido, era su turno de pasar.

AVATAR LA LEYENDA DE KUTTAR. Libro 1 PortalesWhere stories live. Discover now