Capítulo 12: El Colgante

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Gueib regresó a casa a empacar algunos suministros, un viaje así debía de durar mínimo una semana, supuso que al encontrar pistas los haría trasladarse a otro lado, su maleta se llenó de muda de ropa, una libreta en donde pensó que sería bueno llevar una bitácora de lo que pasaba durante su viaje para no perder algún detalle, dinero, sus armas y un pequeño kit de herramientas, quería mejorar su bastón; sabía que durante esa travesía sería buen momento para probar todas las ideas que tenía o por lo menos para hacerlos más eficientes para la hora del combate. Taima y Korra igual empacaron algunos suministros, no esperaban tanta acción como la que Guieb imaginaba.

Taima despertó temprano para preparar a Hulum. Ella había convencido a Neyen meses atrás de que le enseñará a cuidar y montar un bisonte solo para tener más tiempo para molestarlo, y para pasar unos momentos a solas con él, de hecho, había sido justo en esos días en que ambos lograron conectar más, el molestarse y hacerse repelar se volvió en una especie de juego pícaro para los dos, era algo que ni Korra ni Kuttar entendían pero si para sus dos amigos funcionaba, los dos estaban de acuerdo con ello, solo quedaba pedirle al cielo que no se cortaran la cabeza un día por sus discusiones absurdas.

Los monjes comenzaron con sus labores cotidianas, Jinora vio a Hulum con su silla de montar, esto le intrigó, decidió averiguar qué es lo que ocurría, encontrar a Taima fue intrigante para la maestro aire. La excusa que Taima usó fue que irían a Gaoling, que Guieb les había pedido como favor que lo llevaran con su padre porque su hermano lo había mandado, esto fue algo fácil de creer porque Ignati se la pasaba dando órdenes a su hermano. Jinora interrogó por Kuttar y Neyen, sobre todo por este último, sabía que era celoso a la hora de prestar a su bisonte, su segundo pretexto fue que los dos amigos le ayudarían a Balu con unas cosas, ellos no habían mencionado su labor misteriosa con Balu, esto fue aún más creíble porque Kuttar y Neyen eran mejores amigos y porque Balu siempre andaba metido en algo con esos dos. La mujer con tatuajes no cuestionó más, le deseó un buen viaje a la niña y se marchó.

Korra y Guieb se encontraron en el puerto exclusivo con botes para llega hasta la Isla del Templo, durante el corto trayecto Guieb aprovechó para decirle algunos cumplidos a Korra y también para contarle sobre lo que tenía planeado con su bastón, incluso le mostró su kit de herramientas, esto le causó cierta dulzura a Korra, ver al chico tan emocionado fue tierno para ella. Aquella noche en que habían visto las estrellas Guieb llegó a comentar que desde que regresó a casa con su familia no había tenido la oportunidad de salir por su cuenta, llegar a Ciudad República y que su hermano le diera más libertades que su padre lo ponía de muy buen humor.

Taima los esperaba en el comedor comunitario, su plan era partir después de almorzar, esto era para no gastar más dinero de lo que tenían. Taima aprovechó esos momentos para conocer a Guieb y darse cuenta de que era un buen sujeto, un sujeto imprudente que quería a su amiga, y que curiosamente era un buen cantante, él hizo una pequeña demostración porque Korra le pidió que le mostrara, su interpretación fue de una canción originaria del reino tierra, la pieza narraba la historia de un dragón que quería derribar una enorme muralla:

Del Oeste llegó la amenaza

Como furia en los pies se escuchó

Un calor abrazante envolvió

La muralla cayó, la muralla cayó

Y el dragón en su surco nos vio

Sin piedad arrasó nuestro honor

Entre gritos se escucha el clamor

La muralla cayó, la muralla cayó

Con valentía pelearon los héroes

El silencio invadió callejones

La sangre pintó las paredes

La muralla cayó, la muralla cayó

AVATAR LA LEYENDA DE KUTTAR. Libro 1 PortalesWhere stories live. Discover now