cuatro

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—Vamos, quiero verte.

—Pe-pero, me da vergüenza.

—Muevete, Camila.

Lauren estaba sentada en la cama. Mientras esperaba a Camila, quería verla, había comprado unas cuantas cosas para ella.

—Esto se siente raro.

—Rápido, quiero verte conejita.

—Literalmente, ahora sí soy una conejita.—Habló con una risa tan adorable, que Lauren solo se limitó a sonreír ampliamente.

Estaba ansiosa. Demasiado, pero porque seguramente se veía tan caliente.

Por fin salió. Una pequeña Camila con un conjunto bastante revelador, por así decirlo. llevaba puesta una mini falda color rosa, con unas medias largas. Y un crop top blanco, si se alzaba podía dejar ver parte de su abdomen.

—Date la vuelta, quiero ver.—Ésta era la mejor parte.

—Mami, me da pena mostrarte eso.

—Date la vuelta, Camila.—Habló una vez más. 

Camila simplemente se limitó a acatar las órdenes. Se dio la vuelta, su falda se levantaba un poco. Pero había que levantarla para mirar lo que había abajo exactamente.

—Levanta tu falda.— Camila negó con la cabeza.— Hazlo, te daré un premio, compré nuevos juguetes, conejita.

Camila levantó su falda, dejando ver un plug de conejo. Era una cola de conejo. Le había costado un poco meterlo a la pequeña Camila, quería ayuda de Lauren pero le daba pena pedírselo.

—¿Quieres probar los juguetes con compré para ti?—Preguntó relamiendo sus labios.

Camila no tenía idea, pero su cuerpo se sentía tembloroso. Estaba realmente ansiosa por lo que sucedería. Volvió a darse la vuelta, mirando a Lauren ahora. Y asintió con la cabeza.

[ ... ]

Camila se encontraba recostada en la cama, boca abajo. Lauren se encargó de meter lo que pasaría ser un pequeño dildo, dentro de ella. Pero Camila no sabía que era una bala vibradora a control remoto.

Lauren se encargó de inmediato de jugar con las velocidades del control remoto del juguete.

—¡Aaaahm, Lauren!—Gimió fuertemente.

—¿Te gusta, pequeña puta?—Preguntó con una sonrisa al mirar como se retorcía Camila en la cama.

Camila no paraba de gemir y gritar. Aquel artefacto estaba tocando justo en su zona sensible. Lauren simplemente estaba disfrutando de observar como su pequeña se retorcía de placer, quería agotarla. Quería ver como chorreaba. Para luego follarla ella misma.

—M-mami, qui-quiero sentir-te a ti, ah.—Por más que intentaba hablar era un poco difícil.

Lauren siguió jugando con las velocidades desde el pequeño control remoto. Ver retorcerse a su pequeña la estaba volviendo loca.

Sin más, la ojiverde salió de la habitación. Dejando a su pequeña conejita con aquel artefacto de tortura. Camila no paraba de gritar o de removerse. Sentía casi como si se fuese a orinar.

—¡Lauren, no me d-dejes con es-esto adentro!—Fue lo único que logró gritar.

No paraba de apretar las cobijas de la cama. Ya su cuerpo temblaba. Se corrió más de una vez.

En cuanto Lauren entró en la habitación. Parecía tener un pequeño regalo. Había comprado otro juguete, un arnés con una  bala vibradora en la punta. Estaba realmente ansiosa por probarlo con su pequeña.

—Date la vuelta.

Camila con un poco de esfuerzo, se recostó boca arriba. Abrió sus piernas. Su coño estaba de un color literalmente rojizo, y además de eso, estaba chorreando, estaba realmente mojada. Lauren se acercó y se puso entre las piernas de Camila. Comenzó solo frotando la punta del arnés sobre su coño empapado.

—¿V-vas a meter es-eso?—Lauren solo asintió con la cabeza.— Es muy grande, no quiero.

—Te va a gustar.

Fue lo único que se limitó a responder. Comenzó a apretar la punta del arnés sobre su entrada, amenazando con entrar en ese dulce coño. Metió solo la punta. Lo que le encantaba a Lauren de las balas vibradoras, es que empiezan a vibrar cuando están dentro de la vagina.

—¡Ahh, mami!

—¿Qué pasa, conejita?

—Uhm, s-sac-alo.

Lauren negó con la cabeza. Y de un solo golpe lo metió todo. Embistiendo contra el pequeño cuerpo de su conejita. La punta del arnés vibraba en el fondo de su vagina y eso la estaba volviendo loca. Lauren disfrutaba viendo como el arnés entraba y salía del coño de Camila.

—M-mami.

Lauren soltaba pequeños gruñidos o jadeos. Esto le causaba placer, ver a Camila en la punta de un orgasmo, verla retorcerse de placer. Todo. Todo de ella le causaba placer.

Comenzó a embestirla duro. Entrando y saliendo rápido de su coño. Camila sentía su coño húmedo y caliente reventarse en dos. Además de eso, sentía como vibraba y tocaba las zonas sensibles de su coño.

—¡Lauren!— No podía parar de gritar. Le encantaba lo que estaba haciendo su mami.

Lauren seguía en su trabajo. Sin pensar en alguna otra cosa, no podría distraerse por nada del mundo. Torturar el coño de su pequeña era lo mejor del mundo.

—Vamos, conejita.—Su voz salió ronca.—Correte para mí, como la puta que eres.

...

Para los que no saben que es un plug o buttplug, en este caso de conejo. Es esto;

Supongo que saben por donde se mete

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Supongo que saben por donde se mete.
(っ.❛ ᴗ ❛.)っ

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