money, power, glory ━ la casa de papel

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Eugenia "China" Suárez como Sofía Alarcón

Candela Vetrano como Agustina Gutierrez

Abril del 2008

Eugenia estaba sentada en la mesa del comedor de su casa junto a su familia cenando y esperando que lleguen sus amigas para poder salir con ellas a pesar de que el frío otoñal había aparecido en Buenos Aires. Era sábado y sus amigas habían logrado que Eugenia aceptara salir ese día; para Acuña, lo mejor era salir los viernes porque durante todo el sábado podía descansar y prepararse mentalmente para el almuerzo familiar de cada domingo. La única razón por la le gustaba ir a esos almuerzos eran sus primos y además, disfrutaba ver a su padre y tío pelear por cosas absurdas. A sus diecinueve años, Eugenia no tenía muy claro que hacer de su vida, la verdad era que, sus padres podrían mantenerla durante varios años más y eso, lo iba a aprovechar.

—Señorita Eugenia, sus amigas están afuera — Elisa, la mujer que trabajaba en la casa de los Acuña, se acercó al comedor para avisarle a Eugenia lo mencionado—, ¿Les digo que pasen?

—No, deciles que ya salgo, gracias Elisa —la señora asintió y salió del comedor. Eugenia se levantó de su asiento y subió la escalera para llegar a su habitación, tomar sus zapatos y su pequeña cartera. Apago la luz y bajó las escaleras, una vez abajo se puso sus zapatos (que la hacen bastante más alta) y camino hacia el comedor para despedirse de sus papás.

—Cuidate, mi amor, ¿si? —dijo Fabiola, la madre de Eugenia tras dejar un beso en la mejilla de su hija—. Dales mi saludo a las chicas.

—Por favor, Eugenia te pido que mañana estés en condiciones, el almuerzo es acá —comentó Claudio mirando a su hija.

—Mamá, las chicas van a venir a dormir después de la fiesta y, papá —habló Eugenia, mirando a sus padres—, ¿No se te ocurrió decirme antes que toda la familia iba a venir?

—Me habré olvidado, podes decirle a las chicas que se queden, no tengo problema —respondió Claudio y, ahora sí Eugenia se despidió de ellos por última vez y se dirigió a la puerta para ver a sus amigas. Esta vez, no iban a un boliche como solían hacer, iban a una fiesta en la casa de un conocido de Sofía.

Eugenia abrió la puerta para ver a sus dos mejores amigas esperándola allí. La historia de cómo estas tres se conocieron es bastante básica, desde sus tres años fueron juntas al mismo colegio, cursaron toda su escolaridad — jardín, primaria y secundaria— juntas. La verdad de su amistad se debía también a que sus papás trabajan juntos y eran socios. Para las tres adolescentes eso era increíble porque, pasaban mucho mas tiempo juntas: vacaciones de las tres familias, cumpleaños de los adultos, festividades en diferentes partes del mundo y demás cosas típicas de gente de su poder económico.

—¡Al fin nena! ¿Tanto ibas a tardar? —habló Sofía, al ver salir a su amiga. A pesar de que había viento, las tres estaban con short, un top y un buzo que combinaba con el look de cada una. Eugenia era la que tenía los zapatos más altos.