Un antes y después.

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—Siempre estaré para ti, es una promesa, mi pequeña margarita. —sus labios colocó sobre la cabeza de la menor y dedicó uno de sus tan cálidos besos. Afianzó el abrazo cual dedicaba al mismo tiempo que resoplaba un poco y acariciaba el brazo de ella.

Una risilla escapó de los belfos de Won, mismos que fueron atrapados por el café que tomaba. —¿Pequeña margarita? —cuestionó levantando su cabeza para ver los adversos ojos con una suave sonrisa.

—¿Recuerdas cuando te comparé con las flores? —preguntó sin dejar de por medio su sonrisa. —Me recuerdas a una, HeeSeok.

Las mejillas de la menor se pintaron en color carmesí, negó con la cabeza y solo suspiró. —Te gusta hacerme sonrojar. —tomó otro sorbo de su café para seguir viendo al mayor, mirando con plena dulzura. Se alejó un poco del adverso cuerpo para poder erguirse un poco y colocar el café sobre el suelo. Luego de ello se acomodó tal como estaba antes, cerró sus párpados y dedicó a prestar toda su atención al mayor.

—Te vez aún más linda así. —respondió entre delicadas risas. —Por cierto, tenemos una conversación por retomar.

La joven volvió a reír algo avergonzada, abrió sus párpados y desvió su mirar hacia el otro. —¿Conversación? —cuestionó confusa, pero con una sonrisa en sus labios.

—Semana pasada. —respondió con brevedad.

Won pensó un poco y no tardó en entender a sus palabras, por ello asintió aún con aquella sonrisa dibujada en sus labios. Lamentablemente antes de poder añadir algo a su conversación, su atención fue acaparada por la voz de la madre de ésta al llegar. —Hija, ya puedes ver a tu abuelo, yo iré a preparar una pequeña maleta con ropa para unos días. —fueron sus palabras mientras a paso lento se acercaba a los jóvenes. —Está consiente así que podrás hablar con él y hasta presentarle a tu amigo. —sugirió con una pequeña sonrisa.

Se aproximó a la azabache y dedicó un suave beso en la frente. —Deben descansar, al igual que tu abuelo, así que no estén mucho tiempo acá. —pidió mirando a ambos ensanchando la sonrisa que adoraban sus labios. —Fue un placer joven, y gracias por acompañar a mi hija hoy. —estrechó la mano del muchacho quien se había levantado con cuidado. Éste último realizó una reverencia igual, cerrando sus ojos al la cabeza bajar, ya estando en su postura original sus orejas se vieron pintadas en rojo, una gran sonrisa poseía de sus belfos.

—No agradezca. —fue lo único que respondió ya que la azabache le dedicaba un delicado y juguetón golpe en el brazo.

—Anda mamá, yo me quedaré con el abuelo mientras traen la maleta. —pidió para sin más, con una sonrisa, tomar el brazo del mayor e ir hacia la habitación del anciano. Estando en el cuarto ella lentamente se acercó a la cama de su abuelo, éste estaba con sus ojos abiertos, su mano extendida para que la menor tomara la misma.

—Mi pequeña flor.. —murmuró tomando la mano de su nieta, quien se mostraba con sus ojos algo húmedos, una gran sonrisa y un semblante relajado. —Perdón por preocuparte. —se disculpó ya teniendo la delicada mano de Won contra la suya. La sostenía con firmeza y dulzura, acariciaba su dorso con mucha calidez y ternura, cómo si de porcelana se tratara.

HeeSeok se sentó en una silla junto a la camilla, sus labios aproximó hasta las venosas y manchadas manos del mayor, para poder dedicar un casto beso. —Abuelo, tuve muchísimo miedo. —comenzó a hablar en leve susurro, suspiraba nerviosamente al mismo tiempo que miraba aquellos contrarios dedos. —Cuándo mamá me llamó quise venir corriendo, pero no pude, perdóname..

Wrong Train ➵ Im ChangkyunWhere stories live. Discover now