Un nuevo comienzo

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Si solo ese día no lo hubiera visto, si solo lo hubiera ignorado, tal vez, solo quedaría vacío en su corazón. Cómo era antes.

Tal vez si no hubiese querido negarse a su destino, Jungkook no estaría igual de vacío por su culpa.

***

Yoongi se sintió traicionado.

Las palabras que resonaron en su cabeza lo dejaron mudo; en shock.

— ¿C-como habéis podido, padre? — cuestionó con la voz rota, con el mundo destrozado, con la vida perdida. — me dijisteis que tenía tiempo.

Los últimos rayos del día caían por el horizonte, y tal como el día moría tras las colinas, lo hacía el amor hacia su única figura paternal.

— Yoonie, escúchame... — rogó el hombre, buscando cómo agarrar a su hijo por los hombros, pero Yoongi lo esquivaba, y ante la evasiva a su tacto se rindió. Yoongi se abrazaba a si mismo con los brazos. Lucía pálido, asustado. El viejo suspiró. — los dos sabemos que no querrás Yoonie, yo, Mishelle y el reino entero. No hay otra opción.

— ¡La encontraremos, maldita sea padre! — maldijo Yoongi, dejándose la voz en el grito. Apretó los puños, soportando el picor en sus ojos. No iba a llorar. — siempre hay otra opción... Mamá siempre lo decía, ¿r-recuerda? — preguntó en voz baja, sintiéndose débil.

Claro que se acordaba.

Minsoo.

Su ángel.

Su amada.

Su predestinada.

La misma que en las garras letales de la guerra, le prometió que encontrarían la manera de sobrevivir juntos.

Lo que no sabía él joven rey por aquel entonces era que ella viviría, si, hasta el fin de los tiempos.

En su corazón.

Todos habían sufrido. Sobretodo Minsoo, su bella esposa difunta. Y lo mínimo que podían hacer era buscar la felicidad en su ausencia, por ella.

Y quería dárselo a Yoongi, su hijo. Su pequeño Yoonie que después de dos años seguía igual de triste que cuando recibió la noticia. Y él sabía de alguien muy preciado que cuidaría bien de él.

Que se lo daría todo, con tal de que su hijo; todavía en proceso de recuperación, fuese feliz.

Tenía su voto de confianza totalmente puesta en él.

Solo necesitaba que Yoongi recapacitase.

Que él era su padre, y buscaría lo mejor para él.

Y que la herida que estaba abriendo era para bien, para que alguien más viniese a cerrarla a besos y palabras llenas de amor.

— Si hay otra opción, dime cuál es, Yoongi. — pidió su padre, su voz grave haciéndolo sonar demandante, pero la verdad era que estaba agotado por lo tozudo que era Yoongi a veces. — ¿y bien?

"A mis pies, su alteza." » KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora