He's Just A Boy |Draco Malfoy y tu|

Capítulo 17

Perspectiva de Draco.

A la mañana siguiente, Draco se despertó algo agitado, ya que había tenido una pesadilla un tanto traumática. ¿Y quien la protagonizaba? Ella. En esa pesadilla, ella moría lenta y dolorosamente en manos de Voldemort y su tía Bellatrix. 

Se levantó de la cama, poniéndose sus zapatillas de estar por casa negras. Caminó hacia la puerta de su dormitorio para ir al baño, no sin antes de coger su ropa limpia. Cogió una camisa blanca, una chaqueta de vestir negra, unos pantalones negros de vestir y zapatos negros, y obviamente su ropa interior, también negra. Una vez en el baño, abrió el grifo de la bañera y esperó a que el agua se pusiera caliente. Mientras, se desnudó lo más rápido que pudo, ya que estaba ansioso de ver a su chica. 

Se duchó rápidamente, a decir verdad no tardó ni quince minutos debajo de la cascada de agua. Una vez fuera de la bañera, se secó su cuerpo rápidamente para luego comenzar a vestirse. Se miró al espejo por última vez, revisando que esa ropa de verdad le sentaba bien. Miró su cabello por último, y sonrió al verlo revuelto. Normalmente, el chico se hubiera negado a salir de su casa con esos pelos, pero, hoy simplemente le apetecía verse rebelde. 

Salió del baño con una sonrisa, una sonrisa que solo podría provocar ella, o su madre. Pero en este caso, era de ella, Draco estaba completamente enamorado. 

Bellatrix miraba a Draco sospechosamente. Se acercó a éste sigilosamente, provocando que el chico se asustara. 

-¿Por qué tan sonriente sobrino? -dijo Bellatrix sonriendo maliciosamente. 

-Que te importa. -le respondió sin miedo, para luego echar a andar por el pasillo, con destino a la cocina. Pero no pudo andar mucho, ya que su tía le había tomado del brazo fuertemente, deteniéndolo. -¿Qué te crees que haces? Puta loca.

-Ese vocabulario niño. Ten un poco de respeto hacia tus superiores. -dijo ella sonriendo ampliamente, jugando con su pelo a la vez, pareciendo de verdad que estaba loca. -Responde a mi pregunta.

-Voy a desayunar, con madre, fuera de la casa. ¿Acaso tengo que pedirte permiso? 

Bellatrix, dejó de preguntar, yéndose dando saltitos y soltando risitas por el camino. Draco rodó los ojos para luego emprender su camino hacia la cocina. Una vez allí, su madre le sonrió, sirviendo en la mesa el desayuno. 

-¿Y los elfos domésticos? 

-Les he dado el día libre cielo. Quería hacerme cargo por un día de las responsabilidades de la casa. Además, de que El Señor Tenebroso está por aquí, tengo miedo de que le haga algo a los elfos. Y a parte, así estoy entretenida. -sonrió su madre, provocando una sonrisa en su hijo. -Quiero aprender a cocinar. Espero que cuando pase todo esto, y vosotros podáis estar juntos, ella pueda enseñarme cosas básicas. 

Draco asintió sin quitar la sonrisa de su cara. 

-Le diré cuando todo esto acabe. Lo prometo. 

Ambos se sentaron a desayunar la comida que preparó su madre. Era algo básico, unos sándwiches de jamón y queso, junto con zumo de calabaza. Draco finalizó el desayuno con una sonrisa, diciendo que estaba delicioso. Ambos se despidieron con un abrazo, para luego caminar hacia la chimenea. Miró la hora y sintió su vientre removerse. Tiró los polvos flu mientras mencionaba el lugar donde la chica le había dicho en la carta.