Capítulo 6

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"Conociendo"

A la mañana siguiente, el trío de países despertó más tarde de lo que habían previsto. Pensaban despertarse a las nueve de la mañana, otra vez, para así llegar antes de la comida a Oviedo y tener tiempo de sobra para los posibles problemas que podían surgir en el camino. El problema es que cuando se despertaron, escucharon el sonido de las gotas de lluvia golpear contra la furgoneta.

La lluvia no hubiera supuesto un problema si los tres pudieran cambiarse en la misma sala, pero la española seguía sintiendo demasiada vergüenza, y no era la única. Así que prefirieron acurrucarse un rato más entre las mantas. España era abrazada por el dúo extranjero, estando en el centro. No es que pusiera pegas, la estaban abrazando sus amores de toda la vida y hacía un frío muy molesto que sólo conseguía que se acurruquen más.

Pasaron así una hora, una hora donde hablaron, se dieron mimos inocentes y no mucho más. Cuándo escucharon que la lluvia había parado, España fue la primera en salir para dejar a aquellos dos cambiarse y asearse. Aprovechó para llamar a Asturias y decirle que llegaría un poco más tarde de lo previsto. Una vez que terminaron, pasó ella a cambiarse y los tres emprendieron de nuevo su viaje.

Habían hecho un par de paradas antes. Cuando llegaron a un pueblo con pinta de grande, aprovecharon para desayunar en paz y en armonía, sacar algo de dinero del banco y responder unas llamadas. España sólo tenía alguna perdida de Madrid, que quería saber si estaba bien y asegurarse de que se estaba cuidando. La francesa y el inglés tenían llamadas de sus hijos norteamericanos, los que preguntaban si estaban ocupados por un par de cosas. Dejaron claro muy rápido que estarían un par de semanas ocupados y que no los molestaran. Y después de desayunar, prosiguieron con la travesía.

A diferencia de ayer, no había comenzado ninguna discusión estúpida. España iba recargada en el hombro del inglés, tarareando las canciones que emitían por la radio. Francia era la que llevaba el volante y mientras Reino Unido se dedicaba a pasar sus manos por los tirabuzones que se formaban en la cabellera pelirroja, cada vez más ondulada por la humedad de la zona. Todo era realmente tranquilo, un ambiente agradable que ninguno de los tres quería romper.

La española estaba realmente distraída cantando. Casi todos los países tenían buenas voces para cantar, sólo había un par de excepciones, pero para la francoparlante y en anglosajón, la voz de España era una de las mejores. No lo pensaban sólo porque, al final de cuentas, estaban enamorados de ellas, sino porque estaba reconocido que tenía una de las mejores voces entre los países, y de su tierra siempre habían salido grandes artistas.

Y eso le gustaba también de su amada, la variedad de estilos y canciones que podía interpretar. No hacía ninguna distinción, ni si era rock, pop, música latina o incluso requetón y trap. Lo único que le importaba era que todo aquello era música. Incluso si las canciones que sonaban por la radio estaban en inglés o en otro idioma, la pelirroja seguía envolviendo a los dos países con su melodiosa voz.

Todo era bastante relajado, hasta que una canción empezó a sonar. La canción con la que se presentó la española en el 2019. Los dos países extranjeros, empezaron a cantar también, algo que sorprendió a la de habla castellana. - Wow, ¿y mis doce puntos por esta obra de arte guapos? Los quiero aquí ahora mismo hijos de puta.

- Langue, princesse. (Lenguaje princesa.) - Dijo Francia, intentando aún corregir el mal lenguaje de la española.

- You know that we are not the ones who give the votes, my lady. (Sabes que nosotros no somos los que damos los votos, mi señora.) - Respondió el inglés, poniendo la radio un poco más baja. - Also, as far as I know, you weren't last. Not like me. (Además, que yo sepa no quedaste de última. No como yo.)

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