Capítulo 8

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"Conociendo"

La ruidosa alarma de las diez de la mañana comenzó a sonar en la habitación donde el trío de países descansaba. España fue la primera en despertarse, rosmando por la molestia del incesante ruido. Aunque no parecía que podría alcanzarlo, ya que estaba entre sus dos compañeros de travesía, quienes también comenzaban a despertarse lentamente. Fue la francesa la que estiró su brazo para poder parar aquel pitido molesto que había perturbado los sueños de aquellos tres.

Como era costumbre, habían dormido abrazados. Después de aquel repentino primer beso, cuando se tumbaron en la cama aprovecharon para darse una serie de mimos más amorosos, demasiado felices y demasiado cansados para preocuparse por lo que ahora significaba aquello, sólo quisieron darse ese cariño del que se habían estado privando. Quisieron calmar todas aquellas ganas que habían tenido desde el primer momento. La cosa no subió de tono, tampoco era el momento para eso, con sólo demostrarse su amor en forma de pequeños gestos les había servido.

Así que, cuando salió el sol, la española estaba acurrucada en el pecho de la francesa, quien después de apagar la alarma volvió a su misma posición. Por si fuera poco, el inglés la sujetaba por la espalda, quedando en la típica posición de cucharita. Notó cómo paseaban las manos de alguno de los dos por su abundante cabellera roja, revolviendo sus ondulaciones y sus nudos matutinos más, si es que aquello era posible.

En verdad que aquello era una pura gozada, algo que sólo ella podía disfrutar. ¿Cómo había podido vivir tantos años sin despertar con ellos? Apenas llevaban un par de días con esa rutina, pero estaba segura que después de eso, necesitaría despertar todos los días con ellos, no se podía imaginar las cosas de otra forma. Ahora su corazón era un mundo de color y sensaciones. Prácticamente, ayer se había declarado a sus dos amores, los cuales estaban también buscando algo con ella. En principio todo sonaba perfecto, ¿verdad?

Bueno. Todo en superficie lo era. Pero quedaban bastantes cosas en el aire, cosas que debían resolver juntos. Y puede que aquella mañana fuera la adecuada para empezar a hablar de todo ese tema. Al menos para empezar.

Cuando España comenzó a abrir los ojos, además de levantar un poco su cabeza, pudo observar como la francesa mantenía la vista en ella, mirándola con muchísimo amor y cariño. Se sonrieron, Francia se acercó al rostro de la pelirroja y compartieron un pequeño beso. Un corto pico que al separarse les hizo sonreír.

– Bonjour princesse, j'ai rêvé toute la nuit avec toi. (Buenos días princesa, he soñado toda la noche contigo.) – Le dijo antes de dejar otro beso en la mejilla de la española.

– ¿Para qué necesitas soñar cuando me tienes aquí? – Le respondió, mientras notaba como el inglés se pegaba más ella, para dejar un beso en su cabeza. La española soltó una pequeña risa para girarse y dejar un beso en los labios del anglosajón. Ahora cambiaron de posiciones, la francesa era quien abrazaba a España por la espalda, mientras que el inglés era el que jugueteaba con el cabello de la española. – Buenos días a ti también, dormilón.

– I swear on the queen who I had never slept so late, and instead of wanting to get up, just want to keep resting. I don't want to get up.   (Juro por la reina que nunca había dormido hasta tan tarde, y que en vez de querer levantarme, sólo quiera seguir descansando. No quiero levantarme.)

España sonrió, dándose cuenta que los estaba acostumbrado a aquel ritmo de vida español, donde las personas se levantaban sobre las mismas horas que el resto de europeos, pero que las aprovechaban hasta el final, quedándose despiertos hasta tarde y teniendo un horario realmente curioso.

– Los estoy mal influenciado con mi ritmo de vida, esto es maravilloso. No más madrugones.

Diciendo esto, se metió otra vez entre las sábanas, para que los tres volvieran a acurrucase. Aunque no duraría ningún minuto, porque la segunda alarma comenzó a sonar, logrando que España comenzará a protestar en voz baja y que metiera la cabeza por debajo de las sábanas.  – Cinco minutos más... Aún es temprano.

Tres No Son Multitud 🇬🇧🇪🇸🇫🇷Where stories live. Discover now