44.UNO DE ELLOS

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Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

Bakugo que se encontraba clavado en un árbol por culpa de la kusanagi no tenía forma de esquivar el ataque de Orochimaru. Así que pensó que lo mejor sería atacar con su brazo libre.

—¡MUERE, JODIDO DEMONIO! —con la mano izquierda Bakugo creó multitud de medianas explosiones para detener el avance de la cabeza de Ororchimaru. Pero el cuello de Orochimaru era muy elástico y muy ágil y conseguía esquivar todas las explosiones con facilidad. Cuando estaba a escasos centímetros del cuello de Bakugo, Orochimaru abrió su boca y clavó sus colmillos en la parte izquierda del cuello de Bakugo.— ¡AAAAAAHHHHHH!—gritó de dolor el rubio ceniza.

El ninja del sonido apartó su cabeza del cuello del rubio ceniza, y encogió su cuello hasta adoptar un tamaño normal en su cuerpo alejado a unos veinte metros de Bakugo. El joven héroe se tocó el cuello, y cuando retiró la mano, ésta estaba manchada de sangre por la herida en el cuello.

—Primero la examinadora y ahora este bicho raro. Jodidos pervertidos de mierda. —pensó Bakugo, cabreado por la situación en la que se encontraba y sintiéndose mareado.

—Espero que sobrevivas, Bakugo-kun. Si lo haces, ven a verme y te mostraré lo que es el verdadero poder. —dijo Oroochimaru lamiéndose los labios. Posteriormente, hizo un movimiento con sus dedos y la kusanagi voló del hombro de Bakugo a la mano derecha de Orochimaru. 

—Ugh. —emitió un quejido de dolor Bakugo por el movimiento de la kusanagi. Luego, el rubio ceniza cayó de rodillas al suelo. 

Estaba terriblemente cansado, no entendía el por qué, ya que aún no le había dado a perder la suficiente sangre para que fuera esa la causa.

—Ahora mismo te estarás haciendo muchas preguntas, Bakugo-kun. —dijo Orochimaru, mientras se metía la Kusanagi en la boca. —Ya te dije que mi katana no tenía rival. Soy capaz de moverla a distancia con mi chakra y le imbuido una toxina paralizante. Por eso estás tan cansado. Pero ese es el menor de tus problemas ....—mostró una sonrisa macabra. —Ese dolor tan agudo que sientes en el cuello se debe al regalito que te he dado.—

—¿Dolor en el cuello? ¿De qué mierdas está hablando el friki este? —pensó Bakugo con los ojos semicerrados por la toxina paralizante. —¡Lo que me duele es el jodido hombro!—

—Mmmmm... —la cara de Orochimaru cambió, mostrando una seriedad impropia en él. —¿Por qué no estás agonizando de dolor?—Un segundo después, el ninja del sonido estaba a escasos centímetros de Bakugo analizándole el cuello.

Bakugo, que suficiente tenía con no quedarse totalmente dormido, intentaba, sin éxito, mirarle de manera amenazante.

—No se te ha quedado la marca. ¿No me digas que eres uno de ellos, Bakugo-kun?—preguntó Orochimaru con interés.

—¿Uno de ellos? —repitió Bakugo con dificultad, ya con un ojo totalmente cerrado y con el otro a escasos minutos de imitar al otro.

—Uno de los que ha venido de otro mundo. Son los únicos sujetos inmunes al sello maldito. —explicó Orochimaru, analizando la reacción del rubio ceniza. 

La tensión y la adrenalina que sintió Bakugo, por las palabras de Oorchimaru, hizo que los ojos se le abrieran como platos a pesar de la toxina paralizante que tenía en su cuerpo. No contestó a la pregunta del ninja del sonido, su mente le iba a mil por hora en ese momento

—Debí habérmelo imaginado. —dijo Orochimaru, no necesitando respuesta de Bakugo ya que su cara lo decía todo. —Ese kekkei genkai explosivo tan raro que tienes y el hacerlo sin sellos a tan temprana edad .... Presumo de mi inteligencia, pero en este caso no he sido capaz de sumar 2 y 2. Es una pena, te tenía como plan B en caso de que Sasuke-kun no lograra sobrevivir al sello. Ahora todo mi plan depende de que tu compañero sobreviva. —suspiró decepcionado. Le dio la espalda y se alejó lentamente de un Bakugo que seguía de rodillas y con las manos en la tierra aún asimilando lo que acababa de ocurrir.

—¡Espera!—ordenó Bakugo. La orden no era muy convincente ya que al tratar de incorporarse cayó de bruces al suelo por la toxina paralizante que ya estaba en todos los rincones de su cuerpo.

—Me encantaría seguir jugando contigo, Bakugo-kun. —dijo Orochimaru, sin detenerse y prosiguiendo su camino. —Por desgracia, tú no me interesas. Ya tengo a bastantes como tú de experimentos. Alguno que otro incluso más interesante que tú. Mis espías me dicen que el Hokage tiene afecto por ti. No merece la pena que cabree al rayo amarillo de la hoja por alguien como tú.—

Bakugo intentaba una y otra vez levantarse pero era inútil. Cuando Orochimaru estaba a unos cincuenta metros, el rubio ceniza volvió a gritar para llamarle la atención.

—¡He dicho que te detengas! —gritó  Bakugo, con la voz quebrada y a punto de sollozar.

—Esto ya no es divertido, Bakugo-kun. —dijo Orochimaru, parándose pero aún dándole la espalda. —Es triste y penoso. Esa toxina hará que no puedas moverte en al menos hasta que termine el examen. Sería mejor que ahorraras energías para pedir ayuda a tus compañeros.—

Orochimaru se dio la vuelta para despedirse, pero no lo hizo porque ahora era el turno de Ororchimaru de asombrarse y abrir los ojos como platos. Lo que vio no era posible. Bakugo estaba de pie, tambaleándose, caminando muy lentamente y con dificultad hacia su posición.

—¡¿Dónde están?!—dijo Bakugo, mirando a Orochimaru con tal intensidad que provocó que el ninja del sonido diera un paso atrás por acto reflejo al sentir peligro.

Orochimaru recobró la compostura instantáneamente y lamió sus labios con diversión.

—Vaya, vaya. El cachorrilo herido muestra sus dientes. Mi interés por ti ha subido exponencialmente. Sin embargo ...—dijo Orochimaru dándole nuevamente la espalda. —No puedo perder más el tiempo aquí, el rayo amarillo podría aparecer en cualquier instante y aún no estoy preparado. Pero no te preocupes. La próxima vez que nos veamos te pondré junto a mis preciados experimentos y así no te sentirás tan solito. —dijo de manera siniestra y macabra. —Hasta la vista, Bakugo-kun.—Dicho eso, desapareció en una pantalla de humo.

—¡NOOOOOO! —gritó Bakugo, corriendo hacia el humo pero esta vez la toxina consiguió vencerle definitivamente y perdió el conocimiento.


Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora