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—Oppa, ¿a dónde vamos ahora?—pregunté agotada. Fuimos al centro comercial y hasta ahora solo hemos estando dando vueltas y vueltas por todos los almacenes.—Ya está atardeciendo.

—Estaba haciendo tiempo hasta que atardeciera.—dijo riendo.—ahora si, vamos.

No tengo ni la más mínima idea de hacia donde me llevaba. Él quería que fuera "sorpresa".

—Llegamos.—dijo sonriendo. La verdad no se dónde es esto y no se como describirlo.—Es un observatorio.—dijo como si leyera mi mente o tal ves por mi cara de confusión.—Entremos.

Todo era realmente hermoso, la simulación de planetas y de galaxias, todo, era simplemente perfecto.

Llegamos a una gran sala casi oscura, donde solo había entre tres o cuatro personas. Seonghwa se recostó en el suelo y yo lo imité sin saber lo que hacía.

—Oppa...¿qué estamos haciendo?—le susurré.

—Mira.—me señaló hacia arriba.

Toda la sala estaba siendo alumbrada por estrellas que se encontraban en el techo. Todo se veía tan real. Hermoso.

—Esa se parece a ti.—bromeé y el solo rió.

Sentí la mirada de Seonghwa sobre mí, así que volteé a verlo.

—¿Por qué me miras así?—le dije riendo pero no dijo nada.—Se supone que debes estar viendo las estrellas.

—Ya estoy viendo una. Pensé que ya te lo había dicho.—dice sin despegar su mirada de mí.—Tu eres mi estrella, la más hermosa de todas.—solo le sonreí y seguí admirando el "espectáculo".

[...]

—Estaba hermoso, oppa.—le dije y él sonrió.—Gracias.

—Todo por mi estrellita.—dice y agarra mis mejillas con sus manos y plantea un beso en mis labios.

—¿Estrellita?—reí.—Que tierno.—dije y él se rió.

Llegamos al departamento, y Seonghwa me dijo que iría a darse un baño. Así que decidí hacer lo mismo.

Después de una larga ducha, me di cuenta que había dejado la toalla en mi cama.

Es que para pendeja no se estudia.

No tengo más remedio que llamar a Seonghwa, por más vergüenza que me diera esta situación.

—¡Oppa!—no hubo respuesta.—¡Oppa!

Escuché como abrió la puerta de mi habitación.

—¿Ellie? ¿Aún estás en el baño? ¿Te caíste?—esto último lo dijo con un risita a través de la puerta del baño.

—¿Podrías pasarme la toalla que está en mi cama? Por favor.—le dije y escuché como se burlaba.

Abrí la puerta, posicionándome detrás de ella, para que no pudiera ver mi desnudo cuerpo. El extendía la toalla con una mano mientras con la otra se tapaba los ojos.

Tomé la toalla y rápidamente me enrollé en ella.

—Ya me cubrí.—le avise, pero tapó su cara nuevamente con sus manos.

—¡Hey! ¿Que tratas de hacer?—se queja.—No sabía que eras así de pervertida.—reprochó.

—¿Qué?—pregunté riendo.—Ya me cubrí, no entiendo.

Podría jurar que su cara explotaría de lo roja que está ahora.

—Estaré en la sala.—salió de mi habitación casi corriendo.

•my only star• >>park seonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora