Nota 18

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Caminando a paso rápido, con la nota en su bolsillo y tomada de la mano con su hermana pequeña, Sojung intentaba llegar lo antes posible hasta la casa de Eunbi para terminar con toda esta situación que la agobiaba.

-Sojung-ah, ¿A dónde vamos? -preguntó Wheein siendo arrastrada por su hermana.

Estar acompañada por la menor no era para nada una estrategia y mucho menos formaba parte del plan. Habia surgido a último momento porque su madre necesitaba que alguien la llevará hasta su clase de canto y casualmente, la casa de Jung quedaba de camino, por ello ni siquiera había emitido ni una sola queja ante el pedido.

-Ya lo sabes, a tu clase de canto.

-Pero mamá no toma este camino. -Indicó la niña.

-Y yo no soy mamá, así que voy por donde quiero.

-¿Estamos pérdidas? -volvió a insistir la menor.

-Claro que no, estamos yendo por aquí porque haré una pequeña parada.

-¿En donde?

-¿Y tu por qué haces tantas preguntas? -se quejó Kim comenzando a desesperarse. -Iremos a dejar algo en la casa de una amiga y luego iremos a tu clase.

-¿Qué cosa?

-Un pequeño regalo. -respondió rápidamente -Mira, ya llegamos.

Se detuvo en una esquina y señaló la casa.
Al mismo tiempo que sacaba el sobre con la nota dentro de su bolsillo, le hizo una seña a su hermana indicándole que mantuviera silencio y no se moviera de su lugar. Wheein obedeció observando como su hermana daba vuelta en la esquina y desaparecia de su visión.

Sojung, por su parte, comenzó a acercarse a la ventana de Eunbi con mucho sigilo. Por suerte estaba cerrada y cubierta por la cortina por lo que la menor no tendría vista del exterior, si es que estaba en la habitación.
Con mucho cuidado, haciendo el menor ruido posible, lo cual era difícil ya que hasta el sonido del papel entre sus manos sonaba como si estuvieran tocando una batería; presionó levemente la cinta que había colocado, en el vidrio, para que el elemento importante quedara fijada en un solo lugar.

Exitosamente había cumplido el objetivo y era momento de volver. Oficialmente las notas ya habían acabado y una parte del problema habia sido resuelta.

¿O tal vez no?

Por desgracia, Kim no logró llegar hasta la esquina sin hacer algo que la delatara ya que había tropezado con una baldosa sobresaliente y cayó al piso. El impacto provocó que, involuntariamente, elevará su voz en una queja debido al dolor.

Ya sea porque su sentido de la audición estaba agudizado o porque todo estaba silencioso, Kim fue capaz de captar un sonido proveniente de la habitación de Eunha.

La adrenalina aumentó en una mínima fracción de segundos y, aunque ni la propia Sowon lo creyera, además de que odiaba correr, logró colocarse de pie y correr fuera de la escena del crimen.

Tomó de la mano a su hermana y cruzó la calle lanzándose al jardín del vecino para esconderse entre los muy bien cuidados arbustos.

Al instante de su caída pudo escuchar como una ventana era abierta y cerró sus ojos con fuerza al sentir que su corazón latía más rápido de lo normal. Por suerte los arbustos eran lo suficientemente frondosos como para no ser descubiertas.

Llevó un dedo hasta sus labios para indicarle a Wheein que se mantuviera en silencio.
Por entre las ramas y las hojas hizo un pequeño hueco para observar como una mano salía hacia el exterior y tomaba el sobre.

Notas indecentes《Wonha》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora