Drakhae [l.s]

♕ 9: Incoherencias. ♕

Dedicado a earth_venus 💛

Nota de la autora: Tengan su mapita del fic a la mano.

[...]

Fuego, miedo, extrañeza, preguntas..., muchas preguntas. Louis tenía tantas cosas en su cabeza, sonido blanco en su cabeza mientras un montón de imágenes recorrían su cerebro. Aún así, sobre ello, escuchó una voz que lo heló en un mundo cálido.

—Príncipe Louis, ¿puedo hacerle una pregunta?

Louis apretó la mandíbula durante un par segundos antes de girarse; estaban de vuelta en el castillo, sentados sobre los sillones de uno de los salones. La tensión aún reverberaba sobre sus músculos como pequeñas olas que llegan a la playa y se van tan pronto como lo hacen. Se giró alzando las cejas, intentando no lucir extraño cuando miró a la princesa Perrie.

En cuánto la vio, sentada y tranquila, preciosa con una sonrisa que parecía falsa, que no lo convencía..., un recuerdo de ella misma se atravesó en su mirada; él gritándole a su dragón que se calmara mientras la rubia lo miraba con nada más que fascinación..., como si no entendiera que estaba apunto de derramarle un torrente de fuego sobre su cuerpo. O peor..., como si lo entendiera y no le tuviera miedo.

Como si... le emocionara.

Louis se mantuvo tenso cuando respondió.

—Si. —susurró, demasiado afectado como para lograr usar sus pulidos modales.

—Sé que probablemente no me importa, pero no puedo evitar preguntármelo, espero que no piense de mi como una insolente. –exclamó la rubia. Su bonito cabello esponjado se alzaba como un aura a su alrededor, sus ojos azules se oscurecían por momentos, el cielo a las afueras del salón se tornaba rosado, estaba por atardecer. Ella abrió sus labios rellenos: —Si usted es un Tomlinson, ¿Qué hace aquí en el sur?

Louis miró a la rubia de relleno, contaba los minutos para que las puertas se abrieran y entraran los guardias de Harry, anunciando la llegada de Kargem al castillo. Necesitaba saber el veredicto, qué harían con estos extranjeros, qué era lo que realmente querían de ellos y porqué, de todos los sitios de donde podrían haber venido... pertenecían a las tierras más lejanas en el mundo.

—Soy consorte de Harry –, murmuró sin emoción. Hueco y frío.

Perrie le sonrió.

—Oh, eso lo sé. Mi pregunta es por qué. —Explicó. Luego pasaron unos segundos en silencio y ella tomó aire. Ellos estaban solos en el salón, con una bandeja de té recién hecho en la pequeña mesita de centro. Nadine había ido a revisar a los niños, quienes estaban tomando una siesta según Ser Isaak, que había vuelto a cuidarlos en cuanto se reportó con Louis. —Es solo que... me parece curioso, es todo. Por lo que me contó la reina Gemma, usted era primogénito del norte, heredero. Habría reinado Gélida ¿no es así?

Louis la miró y con pocas ganas de contestar, volvió a murmurar.

—Si. —su voz era trémula, el omega no quería estar ahí. Quería que Harry llegara, estaba ansioso por pedirle a su esposo que mandarla lejos a los extranjeros, que no volvieran a molestar al sur nunca más. —Mi padre era Jacob, rey del norte. Debí tomar su lugar en cuanto el pereció en la guerra, pero le cedí el trono a mi hermana.

— ¿Le cedió su trono a su hermana? Eso... no sabía que eso era posible.

—Puede que haya una reina en cada imperio, mi princesa, pero la palabra del rey es ley absoluta. —le dijo, como si ella no supiera ese pequeño detalle.