♕ 24: Gélida. ♕

16.2K 1.9K 5.6K
                                    




Dedicado a HarryAkgon F POR TU CUENTA. UnU





Louis despertó, pero no quiso abrir sus ojos.

Cuando era niño, siempre que despertaba, corría escaleras abajo en busca de su lobo; Ollie estaría esperándolo ansioso también y saltaría sobre él cuando abriera la puerta del nido.

Luego creció y comenzó a ir a sus lecciones de arco y a sus clases de historia con el maestre. Entrenarían en los jardines de la fortaleza y luego escucharían entre bostezos y párpados caídos, las batallas que contaba el viejo hombre con voz monótona y aburrida, bueno..., al menos Liam lo distraía con dibujos en la esquina de su hoja y Louis se tapaba la boca para no reír.

Cuando Louis cumplió los dieciséis y su padre fue a la guerra, algo se encendió en su mente. Una alerta que lo mantenía tenso y le recordaba constantemente quién era y en qué se convertiría en pocos años. Él era el heredero del norte, su padre llegó un día con la corona de Gélida y Louis supo desde ese momento que tenía que ver por su gente, por su familia, por el cargo que portaba.

Y desde ahí, Louis se despertaba temprano cada mañana y leía hasta que una doncella le indicaba que el desayuno estaba servido. Pedía informes mientras almorzaban, sobre si había noticias del pueblo, noticias de la guerra, noticias de Jacob... Liam le daría un suave apretón en la mano para indicarle que todo saldría bien. Se moverían por el castillo después, asegurándose de que todo estuviera en orden, paseando por los mercados del pueblo para ver a la gente, sacando a su lobo a pasear a la espera de su padre, o al menos intentar alivianarse de sus nervios constantes...

Y entonces, así como si nada, habían pasado más de seis años y poco conservaba de ese Louis de dieciséis.

Ahora solo podía recordar cómo eran sus días últimamente... despertarse -eso si conseguía dormir- en una ola abrumadora de desolación que se apegaba a él como una sombra. Extrañar, añorar y sentir la agobiante sensación de la pérdida aglomerarse sobre cada uno de sus huesos. Y sentía ese piquete constante en el pecho... sus hijos no estaban ahí. Su esposo estaba el triple de tenso que de costumbre y los días eran nublados, silenciosos, huecos.

Una capa gélida que helaba sus sentidos.

Esa mañana Louis no quiso despertar y enfrentarse de nuevo a eso...

Porque sobre todo, no sabía a ciencia cierta si lo que había pasado por su cabeza había sido un... sueño, o una alucinación por su falta de estabilidad. Como ¿él de verdad había escapado del Krestum, de los brazos de Harry... para salvar a sus hijos? ¿De verdad había disparado tantas veces a la bruja que se los quitó...? Pero sobre todo... ¿habría servido de algo? Porque no se sentía victorioso. No se sentía del todo seguro de haber acabado con ella.

¿Habría llegado al castillo siquiera?

Louis no quería abrir los ojos y encontrarse con la oscuridad, porque cuando él tiró su última flecha, aún estando frente a Perrie... la vio alzar la mano y soltarle un hechizo brillante que le punzó alrededor del cuerpo y ardió tan fuerte, que le arrebató la respiración casi de golpe. Louis enserio se cuestionó... si había regresado con vida, al menos con una gota... y eso eso había sido suficiente para salvarlo.

Luego... esa voz.

La voz que le prometió salud, vida, otra oportunidad. Y no solo para él, si no para sus hijos... los... los tres de ellos.

Dioses...

No, definitivamente Louis no se encontraba con las fuerzas para lidiar con todo eso ahora. ¿Podía tomarse un día, unas vacaciones? ¿Qué tal si dejaba de lado eso de ser el consorte del hombre más poderoso de poniente por un rato? Así no tendría que preocuparse si una de las brujas más poderosas en la historia estaba viva y si atentaría contra su familia una vez más, si un nuevo embarazo no haría más que complicarlo todo. Si no tuviera suficiente con dos infantes creciendo y ocupando todo su tiempo. Como si no hubiera casi muerto a manos de la magia... otra vez.

Drakhae [l.s]Where stories live. Discover now